Cientos de niñas viven felices con sus padres, juegan, les dan regalos cada navidad, la vida de Rachel no fue así. Siempre ayudó a su madre a trabajar y poder salir a delante. Su vida se vino a bajó cuando su madre fallece, busca Cientos de trabajo...
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Todo fue un mal entendido.
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Abro la puerta, pero no veo a jess. Él que está enfrente de mi, es el hombre que hace que mis piernas me tiemblen cada que lo veo.
—¿Marcus?.—Frunso el seño—. ¿Qué haces aquí?.— me llega un olor a trago—. ¿Estabas tomando?.
—¿Me puedes dejar pasar?,— su voz a penas se escucha y se entiende. Me hago un lado para que pueda pasar, de pronto marcus cae al piso hincado—.
—¡Marcus!— ayudo a pararse. Pongo su brazo al rededor de mi cuello y lo ayudo a pararse, pero no lo logro. Éste hombre pesa—. ¡Marcus ayúdame, no puedo pararte!.
—Estoy ebrio, no puedo ayudarte— hace una sonrisita—.
—¡Ya se!. Pero minino ayúdame, ¿Qué bebiste?. A la cuenta de tres, haz lo posible para pararte.— de nuevo hago que se apoye en mí—. Una, dos y tres—, por fin se para, se tambalea conmigo—.
—Rachel, ¿donde has estado?. Todo la semana he extrañado tu cuerpo.
—Marcus, te dejaré en el sillón— ayudo a sentarse en el sillón, marcus solo se avienta—. Te quitaré el saco y la corbata para que te sientas más cómodo.
—Rachel.— Lo ignoro—.
Ayudo a quitarse su caso y lo dejo a un lado, quito su corbata pero antes de quitarla por completo, sostiene mi mano con fuerza.
—Rachel, necesito que me veas a los ojos.
—Lo único que necesitas es una taza de café bien cargada, estás muy ebrio. ¿No entiendo como llegaste hasta acá?. Ya se que haré, marcare a tu casa para que te lleven— quito sus manos de la mía, pero unos segundos después me sienta en su regaso—.
—Deja de decir estupideces. No me quiero ir a ningun lado, ¡Quiero estar contigo!. Te necesito, necesito todo de ti.
—Marcus, no sabes lo que dices, estas ebrio. Mañana hablamos con más calma.
—¡No!. No sabes cuanta rabia me da que no estés conmigo y que estés con otro. Déjame explicarte lo de esta mañana, por favor.
—No hay nada nada explicar, lo vi todo con mis propios ojos. Marcus, ella te corresponde. Deja esa loca idea que por estar conmigo en la cama, ella te olvidara. Solo hay que olvidar todo, hacemos como si no pasó nada.
—Victoria no es para mí. Sólo déjame explicarte, necesito que me escuches y entiendas todo, por favor.
—bien, pero eso no se quitara la idea de que ella será la mujer que estará contigo en el altar. James, tú padre, tú madre y Victoria saben que tu serás su esposo.
—Deja de decir eso por favor, solo escúchame. Cuando amy colgó, estaba solo en el oficina. Y entró Victoria, pensé que era para quedar de acuerdo sobre unos asuntos de la empresa, pero solo era para seducirme y para que me acostara con ella. Se sentó en mi regaso, empezó a besar mi cuello, a besarme. Y en eso, te vi. Te imagine, estaba alucinando que eras Victoria, te necesitaba. quería tenerte, no podía seguir sin ti, toda la semana que no te he visto completamente, me sentía vacío, sentía que un pedazo me faltaba. Cuando mi alucinación se acabó, ya tenía victoria en el mueble, casi desnuda. En eso te escuché y te vi parada en la puerta, tenias ganas de llorar.
