Capítulo 01

1.4K 60 5
                                    

Ver a Carlos después de todo lo que había ocurrido fue extraño para TK, pero sobre todo fue extremadamente doloroso. Sabía muy bien que no lo tenía superado, porque no había nada que superar. Carlos era el amor de su vida, no habría otro como él para TK, pero las cosas no habían funcionado y, casi tan rápido como había comenzado, la magia se había quemado de la noche a la mañana.

Se había asegurado de no verle, cinco meses no era bastante tiempo para poder mirar a la cara al hombre con el que esperas pasar el resto de tu vida y que te ha dejado, y sentirte bien.

Necesitaba más tiempo, mucho más tiempo.

Tal vez con la gente adecuada a su alrededor, con su padre o su madre para darle algunos buenos consejos, con Judd y el resto del equipo, incluso Tommy. Pero se encontraba solo. Su padre se había marchado y los había dejado tirados cuando su sueño de la 126 se había venido abajo. Su madre estaba lejos y el equipo, su familia en Austin, ya no era más su familia porque todos tenían heridas que curar.

Pero su padre... Owen Strand, el héroe del 9/11, el gran capitán de bomberos que había creado una especie de paraíso en forma de cuartel de bomberos en Austin, había perdido todos sus sueños en cuestión de tres meses y TK no era bastante para él para hacerle seguir adelante.

Por lo visto, TK no era bastante importante para alguien que había perdido la oportunidad de "ser padre" y no era suficiente para el capitán sin cuartel de bomberos. Owen se había marchado y le había dejado tirado, literalmente tirado, en el peor momento posible.

El equipo... No podía reprochar nada al equipo porque todos tenían sus problemas; Mateo no era feliz en su nuevo cuartel, Judd estaba a punto de ser padre, y Paul y Marjan habían intentando recuperar el 126 hasta que Paul, derrotado, también se había dado por vencido y Marjan se agarraba a un edificio que estaban a punto de derribar.

Tommy vivía agotada entre el trabajo y las gemelas, TK no podía cargarle con su vida personal, y Nancy hacía todo lo posible por hacerle volver con Carlos. Se lo agradecía tanto, aunque no había nada que ni ella ni nadie pudiera hacer.

Lo suyo con Carlos había sido herido de muerte mucho antes de que ninguno de los dos se diera cuenta y al final había explotado.

TK hacía ya unas semanas que sentía que se ahogaba en un mundo que no hacía más que arrebátarselo todo. Cuando los golpes fueron llegando pensaba que mientras tuviera a Carlos con él, mientras estuvieran juntos, podía soportar cualquier cosa.

Pero las peleas lo fueron emborronando todo; pelea tras pelea, por tonterías, por recuerdos, por un futuro incierto que debía ser bonito pero que poco a poco fue pesando a los dos. ¿Cuándo habían sido capaces de decirse cosas tan horribles? ¿Cuándo habían sido capaces de hacerse tanto daño?

"Esto no funciona TK." Las palabras de Carlos resonaban cada día en su cabeza, al despertar y al meterse a la cama, como una maldición que era capaz de quitarse. "Nos estamos haciendo demasiado daño y al final, al final terminaremos odiándonos, es mejor si lo dejamos aquí."

"¿Dejarlo? Carlos, yo te quiero mucho y quiero pasar el resto de mi vida contigo."

"Nos pasamos el tiempo que estamos juntos discutiendo, a veces ni nos acordamos por qué, pero nos estamos haciendo demasiado daño. Es mejor si..."

"No lo digas, por favor."

"Sabes que es lo mejor. Si no lo hacemos ahora, terminará por ser peor."

Cuando el hielo se rompió bajo sus pies, todavía tuvo tiempo de mirar su propio reflejo y ver la figura triste y sola en medio de un lago helado que le devolvía la mirada. La vio sonreír y casi pudo escuchar que le llamaba.

Lo nuestro es únicoWhere stories live. Discover now