Seokjin es un omega que tiene muchos traumas debido a su pareja pero que pasara cuando un doctor Alfa dominante lo comience a tratar, a preocuparse e incluso a enamorarse de el.
Este apuesto alfa solo buscara la manera de hacer brillar aquella mira...
ㅡNo sirves para nada, lo único que haces es estorbar y quejarte de que no tienes una marca, así que tienes que tener esto en claro, yo jamás voy a marcarte por que un omega como tú no es digno. ㅡLas crudas palabras del alfa retumbaban en la mente del pequeño Omega.
Se encontraba en un rincón de la pequeña habitación que el alfa le había dado para que durmiera porque desde que llegó a la casa le había recalcado que sólo iba a servirle para darle placer y obedecer las órdenes que le daba.
Porque era un Omega, uno débil y frágil que no podía hacer nada ni mucho menos tener una opinión propia.
Durante ese periodo de tiempo, el solo ha vivido para hacerle caso al alfa, ya que después de la muerte de sus padres los cuales fallecieron por un accidente de auto el quedo solo.
Sus tíos paternos lo vendieron para poder saldar las deudas con la familia de Sehun, era injusto, eso pensaba el pequeño omega ya que desde temprana edad tuvo que ser un esclavo el cual debía seguir a su dueño a todas partes.
A veces se preguntaba por qué tuvo que ser un omega y no un alfa, porque tenía que aguantar las humillaciones y desaprobaciones de la sociedad, ya que al ser un omega era difícil, muchas personas ya sean alfa o betas creían que los omegas siempre se deben entregar, complacer y ser sumisos, ante todo.
Se aprovechan de nosotros. Murmuro el pelinegro mientras se limpiaba las pequeñas lagrimas que posaban en sus mejillas para luego levantarse con sumo cuidado del piso en el que anteriormente se encontraba sentado.
Ya que al estar en cinta tenía que cuidarse el doble y según la doctora que lo atendía a escondidas de Sehun, debía tomar reposo y pasar la mayor parte del tiempo con su alfa, ya que al ser un omega hombre era un poco más riesgoso el embarazo.
Sin embargo, el no podía hacerlo ya que él era responsable de la casa y debía hacer los caseres ya sea lavar ropa, barrer, cocinar para el alfa, entre otros más.
Lo de pasar con el alfa eso era imposible ya que Sehun solo pasaba en la calle y si llegaba era solo para quejarse o traer otros omegas y encerrarse en su habitación dejándolo de lado por completo.
Era muy doloroso para él, verlo con otro omega, ya que sentía que no cumplía con los requisitos para ser un omega perfecto. Uno que tuviera un aroma delicioso, que tuviera un lindo rostro y tuviera mucha clase. Cosa que, según él, no tenía.
La autoestima del pelinegro estaba tan pero tan dañado que se menospreciaba a sí mismo. Todo esto gracias a las hirientes palabras del alfa con el cual convivía.
Tenía que dejar de sobre pensar mucho, ya que lo único que hacía era ponerlo triste y eso no le hacía bien al cachorro, se tenía que apurar ya que hoy el pequeño omega tenía una cita con la doctora para que lo revisara y ver que todo estuviera bien con su embarazo. Además, tomar un poco de aire le ayudaría demasiado para calmarse.
Con pasos lentos comenzó a caminar hasta la puerta principal, estaba agradecido de que su habitación se mantuviera en el primer piso de la casa ya que así no tenía que estar bajando las escaleras, se puso un abrigo más grande y debajo de este vestía un suéter amarillo holgado que tapaba su barriguita y unos pantalones que no le apretaban mucho.
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