Inclinó su rostro y tras sacar la lengua dio una rápida lamida sobre su cuello, logrando sacarle un gemido de gozo, satisfecho con el resultado obtenido, repitió dicha acción varias veces solo que de una forma lenta y pausada disfrutando de sus reacciones y el sinfÃn de deliciosos sonidos que por más que intentase retenerlos, escapaban de sus labios, ascendió hasta llegar a su oreja, mordiendo el lóbulo y tirando de el con suavidad.
-Ahh...C-Craig…-Pronunció su nombre con un tono de voz increÃblemente sensual, que logró sacudir de pies a cabeza al causante de provocarle tales sensaciones de placer.
-Jeh~-Dejó escapar un risita algo malvada contra su oÃdo.
-Me vas a volver loco Tweek~
Un fuerte estremecimiento acompañado de un gemido de puro deseo, lo inundó por completo obligándole a elevar las caderas en el proceso, su erección latió con fuerza a la vez que su bajo vientre se contraÃa y relajaba constantemente, saber que era capaz de provocarle de tal manera a Craig le producÃa una indescriptible sensación de deleite.No se detuvo ahÃ, descendió lentamente por la clavÃcula, pasando por su pecho, dejando en el proceso un reguero de húmedos besos por todo su torso mientras sus manos se encargaban de acariciar la fina, lisa, delicada y caliente piel que encontraba a su paso, hasta llegar a sus pezones, sonriendo sacó la lengua acariciando el pequeño y duro montÃculo rosado, mientras pellizcaba el contrario con algo de fuerza, la reacción de Tweek no se hizo de esperar y respondió a sus caricias con pequeños y ahogados quejidos, un escalofrió se extendió por todo su cuerpo, no pudo evitar el mover las piernas con incomodidad tratando inútilmente de calmar un poco aquella dureza que pulsaba con urgencia entre sus piernas.
Satisfecho con la reacción obtenida, Craig cerró los dientes alrededor de su tetilla no con excesiva firmeza, tan solo la suficiente para comprobar su respuesta ante tal estÃmulo, mientras que con el dedo Ãndice rozaba la áspera piel de la areola perteneciente al otro pezón.
-Ahhh…Mm…Ngh…-Aquellos sonidos que escaparon de su boca imposibles de contener, le incitaron a seguir, sabÃa que Tweek lo disfrutaba y eso solo lo alentaba, aumentando su excitación, un vez ambos estuvieron completamente duros, rojos, hinchados y un poco irritados dejo de jugar con ellos, dispuesto a llegar a su siguiente objetivo.
El pequeño rubio respiraba agitadamente, estaba increÃblemente sensible a cualquier toque, este, por mÃnimo que fuera lograban estremecer hasta la última fibra de su ser, pero poco le importaba, no cuando sentÃa que su piel ardÃa con cada beso, no cuando su lengua enviaba descargas eléctricas que recorrÃan por completo su columna, no cuando sus cálidas manos acariciaba su cuerpo con lujuria, su ritmo cardiaco aumentaba con cada segundo transcurrido, se estaba comenzando volver loco, podÃa sentir como Craig seguÃa descendiendo lentamente por su cuerpo rozando en varias ocasiones sus caderas y cintura, llegó hasta su vientre candente el cual se contrajo varias veces sintiendo su respiración sobre el, sacó la lengua y con leves toquecitos lo perfilo, para justo después introducir la lengua, metiéndola y sacándola varias veces como si lo estuviera penetrando.
-¡Ahhh, ahhh!- Tras proferir estos gemidos Tweek se apresuró a tapar su boca con las manos completamente avergonzado, cerrando con fuerza los ojos reteniendo de esta forma dos pequeñas lágrimas de placer que amenazaban con resbalar por sus sonrojadÃsimas mejillas.
Tucker ascendió de nueva cuenta hasta llegar a una de sus orejas.
-No contengas tu voz, quiero escucharte.-Susurró contra su oÃdo roncamente, para seguidamente pasar la lengua por el repliegue semicircular que conformaba el borde externo del pabellón auricular, el pequeño rubio no pudo evitar abrir los ojos dejando escapar aquellas gotas saladas que contenÃan sus parpados al menos de esa forma lograban refrescar sus ardientes mejillas, tembló de pies a cabeza a la vez que su piel se puso de gallina, sus oÃdos eran increÃblemente sensibles, demasiado, aún asà negó con la cabeza sin descubrir sus labios, ya habÃa dejado escapar demasiados sonidos vergonzosos, Craig le dedicó una sonrisa que solo pudo catalogar como maliciosa, si no lo hacÃa por las buenas, serÃa por las malas, Tweek observó cómo bajaba con lentitud por su torso hasta llegar hasta su alzada erección completamente dura e hinchada, la cual reclamaba por algo de atención.