-¿Qué tiene que ver él en todo esto?-Preguntó como si no comprendiera el por qué lo nombraba en un momento como este, realmente sí que sabía a lo que se refería, tal como había deducido desde el principio y podido comprobar hacía unos minutos, Tweek era débil ante él, a sus caricias y besos, estaba seguro de que le atraía y eso era una buena señal, aunque sería interesante y una buena noticia que esa atracción se transformarse en algo más.
-¿Eh?-El pequeño rubio lo miró confuso.
- Pero… ¿No tienes algo con él?
-Si por tener algo te refieres a ser simples compañeros de clase que se llevan bien, pues sí, lo tengo.-Respondió con sinceridad.
- Thomas es un buen tipo, eso es todo.
Un suspiro de alivio escapó de los labios de Tweek, sentía una inmensa alegría por dentro, los latidos de su corazón volvieron a estabilizarse, su malestar comenzó a desaparecer, el saber que no había nada entre ellos y que Craig tan solo lo veía como un buen amigo, era suficiente para él, para desvanecer por completo todas esas ideas y emociones que tanto le dañaban.
-¿A qué se debía la pregunta?-La voz de Craig le hizo fijar nuevamente su atención en él.
-No me digas que…-Hizo una pausa mostrando una sonrisa de superioridad.
- Estabas celoso~.
El fuerte sonrojo que en esos momentos adornaba el rostro de Tweek, prácticamente lo delató, trató de negar esas palabras, sin embargo tan solo era capaz de pronunciar algún que otro monosílabo y vocablos sin sentido.
Craig rió con ganas al verlo tan nervioso y tal y como hizo esa mañana acarició su cabeza con mimo.
-No tienes que estarlo, tú siempre has sido y serás mi pequeña .-Finalizó la frase con una sonrisa.
-¡Craig soy un chico!-Exclamó el aludido frunciendo el ceño, había cosas como estas que nunca cambiarían.
-Lo se.-Comentó a la par que le guiñaba un ojo.
-Termina de vestirte y vámonos, mientras voy a clase por nuestras mochilas.
Tweek asintió, agradeciéndole que se tomara la molestia de traer la suya también y en cuanto Craig salió de su campo de visión terminó de cambiarse lo más rápido posible, colocándose bien la camisa, se puso su pantalón negro y tras calzarse los zapatos abandonó el vestuario dirigiéndose a la salida donde ya lo esperaba un sonriente Craig con ambas mochilas, una en cada hombro.
Miles de gotas escurrían de sus cuerpos, ropa y cabellos, resbalando hasta chocar contra las baldosas de la entrada, quien iba a imaginar que tras la soleada mañana que habían tenido, el día cambiaria tanto, llegando a transformarse en una tormenta, era un tanto irónico.
El cielo había comenzado a oscurecerse una vez abordaron el bus de regreso a sus casas, no llevaban ni diez minutos de viaje cuando gruesos gotones comenzaron a caer, chocando contra los cristales de las ventanas, los murmullos y quejas de los pasajeros no se hicieron de esperar, a nadie parecía gustarle la lluvia y menos cuando está era cada vez más fuerte y no tenía intención de parar durante al menos un par de horas, o como era el caso de ellos dos, que no tenían paraguas con el que resguardase.
Tras llegar a la parada,Craig fue el que propuso la idea de que esperasen en su casa hasta que parara la lluvia, ya que estaba más cerca y con las grandes gotas que estaba cayendo en esos momentos, era lo más sensato, por lo que Tweek aceptó sin pensárselo dos veces, a pesar de que corrieron lo más rápido posible, aquello no les sirvió para librarles de la tromba de agua que azotaba las calles.
