Extra I

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*Esta escena transcurre un día antes del Epílogo.



Keira.


Sirvo la comida en el plato con delicadeza para después limpiar las orillas con una servilleta y dejarlo completamente impecable. Sonrío, orgullosa y le indico al mesero que puede llevárselo. Él obedece y sale de la cocina; dos segundos después entra Susan, mi jefa.

—Ese fue el último pedido de la noche —anuncia y todos soltamos un suspiro, aliviados—. Pueden comenzar a limpiar su área de trabajo.

Limpio mis manos en el delantal y observo cómo todos caminan de un lugar a otro, apurados en terminar su labor. Al ver que el reloj marca casi las 11 de la noche, decido hacer lo mismo y alrededor de 15 minutos después, termino y tomo mis cosas para irme.

—Nos vemos mañana —anuncio a mis compañeros.

—¡Que te vaya bien, Jeann!

—Pasa buenas noches, cariño.

—Con cuidado.

Les sonrío y me despido con la mano para después salir. Me detengo al mirar a alguien todavía en las mesas.

—Ya está cerrado —le digo, aunque sé de quién se trata.

El pelirrojo alza su vista y me da una sonrisa, divertida.

—¡Qué lástima! —se levanta, caminando hacia mí—. Tendré que ir a otro lugar para comer algo. ¿Me acompañas?

Ruedo los ojos, divertida y salgo del restaurante sintiendo sus pasos detrás de mí. El frío de la noche me recibe, erizando mi piel y me abrazo a mí misma por instinto. Caminamos juntos por la vereda y le doy una mirada de soslayo.

—Ya te dije que no es necesario que me acompañes a casa, Matt.

—Me preocupa tu seguridad.

—Nunca me ha pasado nada malo y dudo que algún día suceda.

—Mejor es prevenir, ¿no? —inquiere—. Además, sabes que no es molestia para mí cuando salimos casi a la misma hora y la veterinaria donde trabajo está bastante cerca.

—Te agradezco, pero sé cuidarme sola.

—No es que dude de ello, pero... —se pone de frente a mí, impidiéndome el paso—. Solo me preocupo por ti.

Suspiro.

—Gracias.

Se hace un lado y me permite seguir, mientras se posiciona a mi lado. Permanece en silencio y seguimos el camino hacia nuestras respectivas casas. Sin embargo, al pasar por un bar, se para frente mí, evitando que siga caminando y me mira con una sonrisa, traviesa.

—¿Quieres un trago?

Mi vista se desvía al reloj en mi muñeca y puedo ver que ya casi es media noche. Usualmente, llego a esa hora a casa, pero no me gusta demorarme tanto, pues Kade se preocupa demasiado.

—Solo uno —promete—. Yo invito.

—Bien.

Nos sentamos en una de las mesas de afuera y ambos pedimos una cerveza. En lo que nos la traen, mi mirada se desvía al mar que está a lo lejos. Por más tiempo que llevara viviendo aquí, no me cansaba de mirarlo. Y todas las veces que lo observaba, recordaba al ojiazul, esperando que apareciera en algún momento... Pero nunca sucedía.

—Te gusta mucho, ¿verdad? —Matt pregunta y su voz me toma desprevenida.

—¿Quién? —cuestiono, confundida.

Atrápame si puedes (Completa✔️)Where stories live. Discover now