Capítulo 18

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Keira.

El continuo pasar de los autos en la calle y el ruido de Cole en la cocina era lo que único que se escuchaba en el lugar. Acabábamos de abrir, pero, a diferencia de todos los lunes, no estábamos teniendo la clientela de siempre; las mesas estaban vacías y solo habían venido un par de personas a comprar un café para llevar. Y no sabía si eso era bueno o malo.

Mi mano pasaba el trapo sobre la mesa de manera monótona; mis ojos estaban puestos en la calle, pero realmente no estaba viendo nada. Estaba tan concentrada en mis propios pensamientos que no noté cuando Luna se me acercó y chasqueó los dedos frente a mi rostro.

-¿Hola? -movió su mano de arriba abajo demasiado cerca de mis ojos-. ¡Tierra llamando a Keira!

Sacudí mi cabeza y la miré mal.

-¿Qué?

-¿Por qué estás tan distraída hoy?

Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta.

¿Cómo le decía que Miles era el causante del alboroto en mi cabeza? ¿Cómo le explicaba que el sentimiento de comodidad que sentía alrededor de él, era lo que me tenía preocupada? Pero, ¿qué era lo que me preocupaba exactamente? ¿Lo agradable que era su compañía o saber que ese sentimiento era momentáneo?

No lo sabía. Y esa era la verdadera razón del lío en mi cabeza.

-No dormí bien -respondí.

No era mentira y ella lo sabía: hacía años que no dormía bien. Constantemente, tenía pesadillas y me era difícil conciliar el sueño.

Luna me miró con escepticismo.

-¿Segura que es solo eso?

Asentí.

-Tranquila, paranoica -bromeé.

Sonrió y sus hombros se relajaron notoriamente.

-Sí, lo siento, es solo que, teniendo en cuenta la fecha en la que estamos, creí que... -se detuvo abruptamente al ver mi ceño fruncido-... Bueno, olvídalo.

-¿La fecha? ¿Qué fecha es?

Se mordió el labio, nerviosa y desvió la mirada.

-¿Luna?

Suspiró.

-Hoy es 11 de agosto, Keira.

Parpadeé, desconcertada.

-Oh, no me había fijado...

Sentí cómo mi estómago se revolvió e hice una mueca.

Hoy era mi cumpleaños.

Odiaba este día con mi vida entera. Solo era un recordatorio de ese horrible momento y de todo lo que había perdido.

-Lo lamento, no quería...

-Está bien -me esforcé por sonreír-. No pasa nada.

La campana de la entrada resonó y ambas giramos nuestra atención hacia la puerta. Una cabellera castaña y unos ojos verdes -que reconocí al instante- examinaron el lugar en busca de algo o, más bien, de alguien. Cuando nuestras miradas se encontraron, casi suspiró, aliviado y se acercó con decisión.

-Keira...

-¡Vaya! -exclamó Luna, molesta y cruzándose de brazos-. Pero si es el perro infiel y mentiroso.

Zach se acarició la nuca en un gesto nervioso.

-Bueno, creo que ya se ha enterado...

Reí.

Atrápame si puedes (Completa✔️)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ