Capítulo 24

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Miles.

Tomé una profunda respiración y caminé hacia las salas de interrogación y me detuve en la primera. El vidrio frente a mí me mostraba el interior de la habitación, pero no permitía que los del interior vieran hacia afuera. Mis ojos se posaron en la rubia que estaba sentada en la mesa, moviendo sus piernas ansiosamente. Miraba hacia la puerta, expectante de que esta fuera abierta.

Me crucé de brazos y acaricié mi labio inferior con el lateral de mi dedo índice, analizando la situación.

Maldita sea.

Allison tenía razón.

No. Allison puede tener razón. Aún no has escuchado las versiones de la historia. No te precipites.

La voz de aquella chica gritando una y otra vez que Keira era la culpable no podía salir de mi cabeza.

Sentí que alguien me daba una palmada sobre el hombro, haciéndome salir de mis pensamientos. John me dio un walkie-talkie, encendió el otro y se lo metió al bolsillo. Nos dimos un asentimiento de cabeza y él entró a la habitación. Keira lo miró, sorprendida.

Encendí el aparato.

—¿Dónde está Miles? —preguntó.

Sentí que algo se removió dentro de mí.

—Él está con la otra chica —John le explicó—. Escucha, Keira, solo queremos hacerte unas preguntas, ¿sí?

Asintió.

—¿Estás de acuerdo?

Volvió a asentir.

Estaba nerviosa. No era capaz ni de hablar por miedo a que le temblara la voz.

—Vayamos al grano, entonces. ¿La conoces?

Asintió, una vez más.

—¿Cuál es su nombre?

Su voz salió casi como un susurro.

—Lindsay.

—¿De dónde la conoces?

Vaciló unos segundos.

—Éramos amigas, hace algunos años.

—Eso no fue lo que pregunté.

Se humedeció los labios con la lengua.

—Su hermano y yo tuvimos algo, así fue como la conocí.

—¿Tuvieron algo? ¿A qué llamarías «algo»?

Ella frunció el ceño.

—¿Eso qué tiene que ver con mi relación con ella?

—Responde.

Suspiró, cruzando los brazos sobre la mesa.

Enarqué una ceja.

—Si quieres ponerle un nombre, llámemoslo «amigos con derechos».

John asintió.

—¿Llevaban una buena relación?

—¿Él y yo? Bueno, era divertido —se encogió de hombros.

—No, hablo de Lindsay.

—Ah.

Lo pensó unos segundos.

—Al principio, sí.

—¿Qué pasó después? ¿Por qué se alejaron?

—Yo terminé lo que tenía con su hermano y decidí alejarme de ellos.

—¿Por qué?

—No me gustaba su estilo de vida.

Atrápame si puedes (Completa✔️)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz