Capítulo 21

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Miles.

—A todas las unidades: se requiere de su apoyo —la voz de Dan dando la dirección del lugar, interrumpió la música que estaba escuchando—. Agente Henderson, se solicita su presencia en este mismo instante.

Una sensación de satisfacción se apoderó de mí al darme cuenta de que tuve razón. Giré en la próxima calle que me desviaba de la casa de Keira y aceleré en dirección contraria. Sostuve el volante con la mano izquierda y, con la otra, tomé mi celular para hacerle una llamada.

Después de tres tonos, me mandó a buzón. Y, automáticamente, miré la hora: 9:53 p.m.

¿Ya se había dormido?

Me detuve en un semáforo y le escribí un mensaje, avisándole que llegaría tarde. Dejé el celular en el asiento del copiloto y mantuve mi vista fija en la carretera. Minutos después, apagué el auto en el estacionamiento principal de la Farmacia. Antes de bajarme, escuché la notificación del teléfono.

Jeannette: Me quedé dormida viendo una película. Te toca invitar la cena por llegar tarde.

Sonreí y salí del auto. Observé un par de patrullas en la calle y a James junto a Dan.

—¿Y bien? —pregunté.

—Está aquí —dijo Dan.

Parpadeé, desconcertado.

—¿Qué? ¿Dónde?

—No lo sabemos —respondió James.

Fruncí el ceño.

—De acuerdo, necesitaré más detalles.

—Tu estrategia de mantener el patrullaje en esta zona tuvo éxito. Al recibir la llamada de denuncia, Hank y Smith estaban a unas cuantas calles de aquí, así que llegaron a tiempo —explicó Dan—. No pudo ir muy lejos, debe estar por aquí.

¿Sería posible? ¿De verdad sería este el momento?

Todo lucía tan fácil que me estaba dando un mal presentimiento.

—¿Ya revisaron todo el lugar?

James asintió.

—También se extendió un perímetro cuatro calles a la redonda, de estar cerca de aquí, no podrá escapar sin ser vista.

Asentí, pensativo.

—¿Ya hablaron con los testigos?

—No, apenas íbamos a hacerlo; estaban inconscientes.

—Pues, vamos, no hay que perder el tiempo.

Dan entró primero, Brand y yo lo seguimos hasta las puertas cuando escuché algo a mis espaldas: el particular sonido de un arma siendo cargada.

—¡Al suelo! —grité, empujando a James dentro de la Farmacia, al mismo tiempo que sacaba mi pistola.

Me giré, apuntando directamente contra quien estuviera frente a mí. Entonces, todo sucedió como en cámara lenta: escuché el sonido del disparo antes de sentir la bala atravesando mi abdomen. Sin darme tiempo a reaccionar, otra más se impactó contra mi hombro y casi solté el arma que sostenía entre mis manos.

Mi cerebro por fin reaccionó y mandó la señal a mis extremidades para permitir moverme. Disparé hacia el chico, no mayor de 30 años y la bala se incrustó en el lado izquierdo de su tórax. Una segunda bala impactó su brazo, haciendo que soltara el arma y provocando que cayera de bruces al suelo.

Y el caos se desató.

Escuché más disparos provienentes de la calle y fui consciente de que tenía que buscar algún lugar donde refugiarme, pero en el momento que quise correr, la pierna me falló y, al igual que de mi hombro y mi abdomen, un líquido caliente comenzó a descender de la misma.

Atrápame si puedes (Completa✔️)Where stories live. Discover now