Capítulo dos

166 23 4
                                    

Castiel se removió incómodo en su asiento. A su lado su primo Michael conversaba con el director de la secundaria. Lo había acompañado en representación de su tío para realizar los trámites de transferencia a esa escuela.

El tío Chuck era su tutor legal pero se ausentaba mucho por negocios, por lo que lo había dejado al cuidado de Michael.

Castiel echó un vistazo hacia él. Michael estaba sentado con la espalda erguida y las piernas cruzadas. Vestía un costoso traje Tom Ford de tres piezas de color gris. Ese solo traje equivalía al salario anual del director, no le sorprendía que éste lo mirara embobado.

Se quedó pensando en sus primos, todos ellos eran unos genios que cumplían con el rol que les había sido asignado para elevar el estatus de la antigua casa Shurley. Y luego estaba él. Desde pequeño había hecho todo lo que se le había pedido, había dejado que su abuela lo moldeara a su antojo, pero en cuanto le anunció cuál era el destino que había elegido para él, por primera vez dijo no. Al comprender que ninguna de sus amenazas conseguiría hacerlo cambiar de opinión, la abuela decidió que ya no seguiría manteniéndolo.

—¿Castiel? —la voz de Michael lo sacó de sus cavilaciones.

—¿Si?

—El señor Roberts te estaba hablando —dijo Michael reprendiéndolo con la mirada por haber estado en la Luna.

—Lo lamento.

—No tiene importancia —continuó el director con una sonrisa falsa en el rostro—. Como te decía, estoy realmente impresionado con tus altas calificaciones, y déjame decirte que me siento muy halagado de que hayan decidido elegir nuestra escuela, que aunque es pública se encuentra entre las mejores del Estado.

Castiel asintió inexpresivo, mientras pensaba que era lógico que el tipo se sintiera halagado, después de todo su tío había hecho una fuerte donación a la escuela para que lo aceptaran a mitad del semestre.

Después de terminar la charla con el director, y ya con su lista de asignaturas en la mano, se despidió de Michael y se dirigió a su salón.
———

Dean bostezó discretamente. La clase de geometría le provoca sueño. Quería que el tiempo se moviera más rápido para poder salir de ese infierno. El sonido de la puerta al abrirse atrajo su atención. Al mirar se quedó de piedra: ahí, de pie en el umbral se encontraba el chico del callejón, Castiel. Vió que le entregaba una hoja al profesor.

—Te asignaron a mi clase. Bien, siéntate ahí, al lado de Winchester.

Cuando Castiel alzó la vista hacia el sitio indicado, sus miradas se encontraron. Fue entonces que Dean se dio cuenta que había estado conteniendo la respiración. Lentamente soltó el aire.

El muchacho caminó hacia él sin cortar el contacto visual hasta que llegó al lado de su pupitre y se sentó.

Al terminar la clase Dean esperó a que todos salieran para hablarle.

—Hey, Cas.

—Hola, Dean.

—No sabía que asistías a esta escuela. Es la primera vez que te veo aquí.

—Hoy es mi primer día, recién me mudé de Illinois hace unos días.

—Ah, ¿Cuál es tu siguiente clase?

—Biología.

—Ok, yo tengo Historia pero te llevo a tu salón.

—Gracias.

Siguieron conversando mientras se dirigían al laboratorio de biología.

—Y ¿por qué te mudaste?

Por siempre juntos (Destiel AU)Where stories live. Discover now