Lejos de aquí - RimuMilim

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Hacía bastante tiempo que Milim simplemente no experimentaba esos sentimientos de manera tan viva

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Hacía bastante tiempo que Milim simplemente no experimentaba esos sentimientos de manera tan viva. Tan real.

Discutir con alguien quien no te tiene miedo, ser insultada entre bromas por alguien con quien tienes cierta confianza.

Lo más cercano a tal relación era la que tenía con los demás señores demonio, pero en el fondo ella sabía que al final, en quienes podía fielmente confiar, eran pocos.

Pero de repente, en ese país del extraño slime llamado Rimuru, aparecieron muchas personas de confianza.

—Milim-sama, por favor cómase todo.

Al escuchar la voz seria y regañona de Shuna, ella solo puede encogerse de hombros.

Sería fácil eliminarla, es que ¿Quién en su sano juicio le diría qué sí y qué no hacer a ella, Milim Nava "Destroyer"?

—¡Él tampoco se está comiendo sus zanahorias!

Pero en esos momentos ella simplemente disfrutaba de los cálidos sentimientos que las personas de esa ciudad le brindaban.

—¡Nii-sama!

Su mirada, luego de haberse salido con su suya, recae en el mandamás de quienes estaban reunidos en la mesa.

Rápidamente saca los vegetales de su plato y se los deja a quien sea que esté a su lado.

—¿Eh?

Unicornio la había volteado a ver. 

—Nee, Rimuru. ¿Tienes algo que hacer en las noches? ¡Seguro es divertido!

—Milim-sama, esos vegetales no son míos.

Ella solo ignora la voz de su vecina y se enfoca totalmente en la persona frente a ella.

En medio de Benimaru y Souei, Rimuru la mira cuando le llama por su nombre.

—Hm... ¿contar historias? No, eso es típico del verano. Mm...

Todos, aunque algunos viéndolo y otros haciéndose los que no, escuchaban a la niña de pelo plateado-azulado.

—Milim, tú puedes dormir ¿verdad? Quizás contar un cuento.

—Oh, oh ¿eso cómo es?

Salta en su puesto mientras mira animada a su par.

—Cuando te vayas a dormir, si te cuentan un cuento te quedarás dormida más rápido.

—Oh... ¿es un hechizo?

—Es un cuento.

—¿Una técnica definitiva que elimina la conciencia?

—Un cuento.

—¿¡Un arte ultra-secreto que puede borrar la mente aún de un gran señor demonio!?

—¡Un cuento! ¡Una historia! 

—Ah.

Milim no conocía la palabra "cuento".

[ · · · ]

Mukashi, mukashi...

Milim, emocionada por la historia que le contarían, aprieta fuertemente la cobija de su futón.

—Milim, debes relajarte. Así no podrás dormir.

—Relajada, relajada.

Se queda quieta. 

Sus ojos miran fijamente a Rimuru, quien traga saliva mientras mira el libro en sus manos.

Mukashi... Mukashi, un peque~ño... ¡Deja de mirarme fijamente como si esperaras un ataque!

Milim se sobresalta y abraza más fuerte la cobija.

Su mirada se desvía hacia el techo.

Fue entonces que Rimuru continuó su historia.

Mukashi, Mukashi un pequeño ratón que tenía una gran rueda de queso. Pero sucedió una vez, que estando jugando con su gran rueda de queso, ésta empezó a rodar. Y rodó, y rodó hasta que un árbol la detuvo. El pequeño ratón corrió lo más rápido que pudo para atraparla, pero antes que él llegara, un cuervo muy grande asaltó su gran rueda de queso y empezó a picotearla. Con miedo, el ratón solo pudo ver cómo el cuervo comía su gran rueda de queso ¡si tan solo la hubiese sujetado más fuerte, su gran rueda de queso no se habría escapado de sus manos! El pequeño ratón no sabía con lo que jugaba, hasta que el malvado cuervo se lo comió. Fin.

—¿Y el ratón mató al cuervo?

—¿Qué?

—¿El queso estaba envenenado?

—No, no, espera-

—¿El ratón consumió al cuervo con una Milim Nova?

—¡Es un cuento con enseñanza!

—Ah. —Milim volvió a calmarse—. ¿Qué enseñanza?

Sus ojos volvieron a ver a Rimuru, quien parecía extrañamente satisfecho.

—Cuida de las personas importantes para ti mientras las tienes a tu lado.

—Nunca dice eso el cuento.

—Es una metáfora.

—Entiendo.

No entendía.

Ambos quedan en silencio unos segundos. Milim intentado descifrar cómo se podía entender eso del cuento, y Rimuru callando a cierta voz en su cabeza que le decía que un cuento era diferente a una fábula.

Entonces, tras un rápido pensamiento, Milim calló.

—Rimuru.

—Eh, ah ¿hm?

—La gran rueda de queso era muy importante para el ratón ¿Verdad?

—Sí, lo era ¿por qué preguntas?

Milim ignoró su pregunta y continúa hablando.

—Si en lugar de un ratón, fuese un gato, o un cazador y pudieras matar al cuervo y volver a tener la rueda de queso ¿crees que lo harías?

Rimuru queda en silencio unos segundos, luego asiente.

—Si el ratón pudiera volver con su gran rueda de queso, lo haría.

La de pelo rosado se da la vuelta y se arropa hasta la nariz.

—... no la abandonarías ¿verdad?

—¿M? No, no lo haría.

Una pequeña sonrisa aparece en la cara de Milim mientras devate entre dos extraños sentimientos.

Un sentimiento alegre, por haberlo oído decir eso.

Y uno triste, por la sombra de un pasado que de repente apareció.

Pero ese pasado ya estaba lejos, muy lejos de ahí.

TenSura Shipps StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora