-Al morir el séptimo mes-, murmuró Harry para sí mismo, ganándose una mirada extraña del chico más alto. -Nada, nada-. Neville nunca había oído la Profecía, no sabía lo cerca que había estado de estar en el lugar de Harry. Si Harry se salía con la suya, nunca lo estaría.

Una forma ágil se apretó contra la espalda de Harry, una mano le pellizcó el culo. -Hora de la ducha-, dijo Draco, con los ojos encendidos mientras miraba a Harry. -¿Vienes?-.

Harry se vistió rápidamente, ignorando la risa de Ginny mientras seguía a Draco.

Iba a ser un día difícil; tenían que tomar su alegría donde pudieran.

Iba a ser un día difícil; tenían que tomar su alegría donde pudieran

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Sabían lo que se avecinaba cuando Snape desapareció.

El maestro de Pociones les había dicho -(a la familia, a los que sabían la verdad)- que el Señor Tenebroso había pedido a Snape que estuviera a su lado cuando llegara la batalla. Después de todo, Snape era uno de los mejores duelistas del lado oscuro. A Voldemort le quedaban muy pocos hoy en día,

Así que cuando, no mucho después de la cena, Remus entró en el Gran Comedor y se acercó a Harry, con la mandíbula apretada y los ojos ligeramente brillantes, Harry supo lo que se avecinaba.

La cuenta atrás había comenzado.

-Allá vamos, pues-, dijo, soltando un profundo suspiro. Remus asintió.

-Allá vamos-, repitió. Acarició la nuca de Harry, presionando sus frentes, presionando la sien de Harry. -Cuídate, cachorro-.

-Tú también, Moony-. Harry necesitó todo lo que tenía para apartarse, ofreciéndole al hombre una apretada sonrisa.

-Es hora de irse entonces, ¿verdad, chicos?- preguntó Fred enérgicamente, observando el intercambio. Harry asintió.

-En algún momento de las próximas horas-.

-Al menos hemos comido bien antes-, comentó George. -No me gustaría ir a la guerra con el estómago vacío-. Le guiñó un ojo, y Harry se rió, incluso cuando su propia cena se convirtió en plomo en sus entrañas.

-Voy a buscar a los demás-. Miró a los gemelos, sonriendo. -Denles caña, chicos-.

La pareja saludó, con los ojos marrones brillantes.

Los gemelos eran los segundos de Harry, en lo que respecta a la HA. Eran los encargados de movilizar a todo el mundo.

Harry tenía su propio trabajo.

Se puso de pie, manteniendo los hombros hacia atrás y la cabeza alta mientras todas las cabezas de la sala giraban en su dirección, los susurros comenzaban a extenderse. No quería parecer asustado. No quiso mostrar ni un ápice de la ansiedad que bullía en su interior.

En las puertas, una mano se deslizó entre las suyas. Bajó la mirada, encontrándose con el rostro sonriente de Luna. -Neville viene-, le aseguró ella. -El castillo le está avisando-.

LILY'S BOY Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz