LILY'S BOY

Capítulo 67

Harry miró alrededor de la Sala de los Menesteres, observando todas las volutas de plata brillante que había en la habitación. Algunas tenían formas, otras no, pero casi todas las varitas de la sala estaban produciendo algo. -Esto es brillante-, declaró con orgullo, sorprendido por la cantidad de compañeros que tenían un patronus sólido y corpóreo. -Una vez que hayas encontrado tu forma una vez, se hace más fácil, lo prometo-, añadió a los que todavía estaban luchando. 

A unos metros de distancia, Michael Corner casi lanzó su varita al otro lado de la habitación, frustrado. -Simplemente no está sucediendo-, refunfuñó, y antes de que Harry pudiera acercarse a ayudar, Anthony ya estaba en ello, hablando cuidadosamente con su amigo a través del proceso. 

A Harry le calentó el corazón ver la cooperación que había en el grupo, entre los que habían logrado el hechizo y los que aún no lo habían hecho. Puede que él fuera el líder "oficial" del grupo, pero a estas alturas del curso ya trabajaban más como un equipo que como una clase. 

Miró el reloj y se sorprendió al ver que ya había transcurrido gran parte del tiempo habitual, y entonces la puerta se abrió de repente. Todos los presentes se congelaron, con las varitas en alto ante el intruso.

-¡Draco!- Harry estalló, apresurándose hacia el rubio. El rostro de Draco estaba más pálido que de costumbre, con los ojos muy abiertos por la alarma.

-Ella lo sabe-, soltó, enviando una descarga de miedo a través de Harry. -Ella sabe dónde se encuentran, aunque no sepa lo que estan haciendo. Está planeando tener a un grupo de estudiantes de Slytherin esperando en el pasillo fuera cerca del toque de queda-.

-Joder-, declaró Harry con rotundidad, su voz resonó en la sala, que por lo demás estaba en silencio. Cuando se dio la vuelta, la mitad de la sala estaba mirando a Draco con desconfianza. 

-¿Por qué deberíamos confiar en Malfoy?-.

-¿Cómo sabía que estábamos aquí?-.

Empezaron a surgir gritos de alarma y desconfianza, y Harry disparó un fuego de artificio con su varita. -Ese no es el problema aquí-, espetó. -Draco sabe dónde estamos porque confío en él, y porque le he estado enseñando aquí también. No todo fuera de esta habitación es como parece-. Era demasiado tarde para volver a meter a ese gato en particular en la bolsa, ahora. -Y les recuerdo a todos que siguen bajo un contrato de confidencialidad para todo lo que sucede aquí-. Aunque claramente, alguien había roto ese contrato. Miró a su alrededor con desconfianza todos los presentes aún conservaban sus recuerdos de la HA, por lo que no se habían desahogado. Entonces, ¿quién faltaba?.

Se giró para mirar de nuevo a Draco, que había dado medio paso detrás de Harry, poniendo al Gryffindor firmemente entre él y docenas de varitas levantadas. -¿Dijiste que ella está esperando para emboscarnos en el toque de queda?- repitió, y Draco asintió.

-No puede ver la puerta, obviamente, pero le han dicho dónde está, y que estas haciendo algo secreto detrás de ella. Quiere pillarlos a todos los que pueda cuando salgan-. Hizo una mueca. -No puedo quedarme mucho tiempo, se supone que me estoy preparando para unirme a ellos-.

Más murmullos de la multitud, que Harry ignoró.

-¿Por qué no usamos las otras puertas?- Sugirió Susan, señalando las cuatro puertas de la casa que ocultaban los pasillos secretos. -Dejarla esperando toda la noche-.

Era tentador, pero Harry sabía que eso sólo iba a retrasar lo inevitable. -Si no consigue nada, seguirá intentándolo con más ahínco-, señaló. -El resto de ustedes puede salir por esas puertas... tengan cuidado en los otros extremos, por si acaso ella está esperando. Escóndanse si pueden-.