little notes ✦ kooktae. (editando)

v.

Jungkook no podía quitarle la mirada de encima, intentaba, pero le era imposible, como si el pequeño fuera un imán para su mirada, siempre atrayendo sus ojos hacia él.

Carraspeó suavemente, llamando la atención de Taehyung mismo quien se sobresaltó en su lugar, apretando contra su pecho el pedacito de papel y la pequeña flor, rápidamente la sonrisita que tenían esos hermosos labios descendió hasta volverse una mueca asustada.

Jeon de repente sintió las ganas de ocultarse en el regazo de su abuela y llorar toda la tarde hasta dormirse mientras ella acariciaba su cabello con sus dedos.

¿Por qué le tenía miedo? Él no era una mala persona, tal vez era algo rudo con los demás o golpeaba a otros solo cuando tenía que defenderse. Pero, ¿por qué ponía esos ojitos asustados con él? ¿por qué solo a él? ¿por qué no lo miraba con esa perfecta sonrisa geométrica? ¿por qué no lo miraba como miraba a su hermano?

Apretó los labios creando una fina línea, haciendo que se asomaran pequeños hoyuelos, dudando en si hablarle a Taehyung o no. Su corazón dolía en ese momento.

Solo decidió por acercarse al menor, dejando el pequeño paquete de sandwiches y la leche de fresa sobre la mesa, luego se dio la vuelta y se dirigió a la puerta del salón en silencio, de repente su estómago rugió.

Maldito estómago. Pensó Jungkook.

Taehyung miró la espalda ancha del mayor, había escuchado el sonido y solo pudo levantarse de la mesa, tomando lentamente entre sus dedos la manga de la camisa blanca de Jungkook.

—Hyung...

El mencionado solo se tensó, el morenito terminó por alejar su mano apenado, de seguro su Hyung notó su mueca asustada, se sintió tan apenado y culpable.

—U-Usted, ¿q-quiere comer conmigo? —preguntó suavecito, mirando la nuca del azabache, viendo como se ponía de un color rojo—. ¿Hyung, está bien? Su cuellito se puso rojo.

—S-Sí... sí, estoy bien. Y no tienes porqué molestarte, Taehyung... yo puedo ir por algo de comer.

Jungkook se giró sobre sus talones, quedando cara a cara con Taehyung, aunque como este último era más bajito tenía que bajar la mirada para verlo. ¡Taehyung era como un poddle bebé! Tenía tantas ganas de tomar esa carita y besar sus mejillas de pan, besar sus labios en forma de corazón. Abrazarlo y protegerlo de todo.

"¿Qué rayos me hiciste Kim Taehyung?"

Necesitaba volver a chillar contra su almohada como lo hizo días atrás, porque se estaba reteniendo el grito de su vida en la garganta.

Observó al menor, sus ricitos castaños, sus ojitos grandes, las hermosas pecas en sus mejillas y puente de su nariz, los lunares en su labio inferior y ojito.

—Hermoso —soltó.

—¿Qué dijo?

—E-Eh, yo dije precioso- ¡no! e-eso no... A-Ay, y-yo no dije nada y t-tú no escuchaste nada ¿okay? O-Okay —las manos de Jungkook eran agitadas en el aire mientras explicaba con balbuceos, sus mejillas a punto de reventar.

Sus labios se volvieron una gran O, viendo esa pequeña sonrisita y sintiendo que sus oídos eran bendecidos por los mismísimos ángeles. Había escuchado la risa de su pequeño, esa adorable risita que tanto había deseado escuchar alguna vez desde que lo conoció.

—T-Te estás riendo... —Taehyung asintió—. ¿No estás a-asustado? —el menor se mordió el labio negando suavemente, Jungkook sintió su corazón volver a latir con intensidad.

Hace un rato se había encontrado con el corazón roto, porque su crush le tenía miedo y no se acercaba a él por eso, ahora este se hallaba en frente suyo sonriendole suavemente.

—Venga, Jungkook Hyung, yo no podré terminarme con estos cuatro sándwiches y usted debe tener hambre.

Taehyung fue a sentarse en su lugar, esperando al mayor que se acercara y se sentara a su lado. Se encontraba nervioso, muy nervioso, pero nada malo le pasaría. Jungkook sonrió suavemente, el menor se sorprendió, el mayor casi nunca sonreía cuando estaba él cerca.

En un momento mientras los dos comían, Jungkook miraba fijamente la pequeña margarita, Taehyung se dio cuenta de esto. Iba a tomarla, pero el mayor se le adelantó.

—¿Puedo? —cuestionó, su voz era baja y suave. Taehyung quedó pasmado, asintiendo con la cabeza igualmente.

Jungkook miró fijamente su rostro con ¿dulzura? No sabía, no podía distinguir cómo lo estaba mirando. Observó acercar su mano en silencio, con cuidado de asustarlo, a su cabello castaño poniendo la pequeña flor entre sus rizos, una sensación burbujeante se posó en su estómago.

No sabían en qué momento habían contenido la respiración, tampoco que se hallaban lo suficientemente cerca que sus brazos podían rozarse y tocarse. Jungkook tenía en primera plana a Taehyung con esa pequeña flor entre su oreja y sus rizos, como había pasado la semana pasada, pero ahora, tenía una vista mejorada.

Intentó contener su enorme sonrisa, miró los ojos de Taehyung, tan vivos y brillantes.

Recostó su mejilla en su mano, sin quitarle la mirada al castañito, quien sonreía tímido.

—Adorable... —susurró para sí mismo.