-He decidido que sea diferente- hablo con parsimonia el joven Rey- ¿Cuantos dias tiene diciembre, mmh?- preguntó en tono de superioridad a la multitud en general. Iruka inmediatamente se dio cuenta que en realidad no sabía la respuesta.

-Exactamente treinta y un días, Sasuke-sama- contestó Iruka en un tono respetuoso y tras una pequeña reverencia.

-En tal caso hoy es diciembre treinta y dos- proclamó con suma tranquilidad el Rey de Konoha.

-¡¿Treinta y dos?!- exclamó divertida la única pelirrosa- ¡Ay que broma tan graciosa, Su Majestad!- agregó entre risas.

De pronto todo el salón se vio envuelto en un gran torrente de carcajadas, divertidas ante las ocurrencias de su Rey. Todos se reían excepto aquellos que conocían bien a Sasuke, los que saben que tan serio podía ser el pequeño monarca cuando se trataba de un mandato y que tan lejos podía ir para que este se cumpliera.

-No es una broma- el frío en la voz del Rey fue tan cortante que las risas se callaron abruptamente, su Rey no mostraba molestia pero sus rasgos indiferentes y sus penetrantes ojos oscuros infunden miedo a quien los mirase por demasiado tiempo - Pasado mañana será diciembre treinta y tres. El día que le sigue será diciembre treinta y cuatro. Luego será treinta y cinco y así en adelante- explico burlonamente ante la incredulidad de los presentes.

-"Al menos sabe contar del treinta al treinta y cinco"- trato de verle el lado positivo Iruka.

-Y por cada día de diciembre, un miembro de la Corte perderá su cabeza- exclamaciones de horror se escucharon por todo el lugar.

-"Adios al apoyo de la Corte"- pensó abatido Kakashi.

-Y por decreto, diciembre no terminará hasta que alguien me traigan un cesto lleno de flores- y con total calma se sentó en su trono ante la iracunda mirada de todos. No había rastros de burla o de cinismo en su rostro, sino una verdadera calma y soberbia como si lo que hubiese pedido fuese tan sencillo como apagar una vela, y es que posiblemente en su cabeza, el Rey creyese que solo bastaba su palabra para que también la naturaleza se inclinase ante él.

-Lo siento mucho, Sasuke-sama- Iruka ignoró la mano de Kakashi en su hombre e intentó acercarse a su alumno, el ambiente hostil que se respiraba iba creciendo y temía que alguien intentase alguna locura contra el menor- Pero lo que usted dice no es posible-

-Soy el Rey- replicó su pupilo como si aquel fuese su único argumento y el mejor para dejar sin palabras a alguien, en este punto la de por sí escasa paciencia de Iruka-sensei se estaba agotando.

-Sasuke-sama se lo he dicho una y otra y otra vez- hablo el castaño, la vena en su sien palpando rítmicamente- Ni siquiera usted puede reescribir las leyes de la naturaleza. Se que puede cortarme la cabeza pero debe entender que esta es la verdad- Iruka-sensei podia sentir la mirada de más de uno de los nobles invitados mirandolo con asombro e incluso con admiración pero ahora la unica mirada que le importaba era la mirada sombria e iracunda de un niño que de la noche a la mañana tuvo toda la responsabilidad de un reino sobre sus hombros- Y 2+2 es 4 no 5 como usted insiste. Y los tulipanes no florecen en diciembre, florecen en abril ¡¿ya me entendió usted?!-

-Iruka-sensei esta en lo cierto Majestad- agrego tras una reverencia la encargada de los Jardines Reales, una mujer de largo cabello negro y ojos rubies, con un vestido rojo con rosas decorandolo- Los tulipanes nunca crecen antes de abril-

-Ya veo- pronunció el Rey y con fingido tono de consternación, agregó- En ese caso, si no tengo mis azucenas en cinco minutos, entonces Iruka perderá la cabeza. Si no las tengo en 10 minutos, Kurenai perderá la cabeza-los nombrados palidecieron gravemente ante lo dicho y quienes estaban en el salón apenas si pudieron ahogar un grito- Danzo prepara una ejecución para dos.-

Los Doce MesesWhere stories live. Discover now