Capítulo XXII: ¿Vives Con Él ?

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—¡Callad Pintin! Sabes que repudio los pelos en exceso —se quejó asqueada.

—Si le huyes, más te perseguirá —dijo él.

—Entonces ya sé, para perseguirte toda mi vida —Andrew le dio un guiño.

Yo me reí. Ésta gente era tremenda.

—Tendré que ponerte una orden de alejamiento.

—Vamos Val, ser odiosa no es de Dios. Ama a tu prójimo como a ti mismo —la siguió chinchando Raell.

—Andrew no cuenta como prójimo, sino cómo enemigo —se defendió ella.

—Igual, en Lucas te mandan amar a tus enemigos —Raell puntualizó y ella bufo.

—Contigo no puedo, sabes demasiado la palabra —rodó los ojos.

Él se rió triunfante.

—¿Por qué te dicen Pintin? —pregunté curiosa sobre su Apodo muy usado.

Hasta Andrea le decía así.

Él me miró y cuando sus ojos me encontraron se alivió mi alma, extrañé sus iris.

—Es un referido de Peter Pan, porque me identifico mucho con él —explicó y asentí.

—Le pusimos así un día que Aaron estaba ebrio y en lugar de llamarlo Peter pan, le dijo Pintin —Val contó la historia de fondo.

Aaron. Se escuchaba extraño oír su nombre en una conversación que no sea: Te ve la cara de tonta.

—Entiendo —dije simplemente, moviendo mi arroz con el tenedor.

Escuchar su nombre me bajaba el ánimo enseguida. Ojalá pudiera mudarme lejos, donde nadie lo mencionara.

—Liz irá el domingo a la iglesia —Val volvió a sacar ese tema en voz alta.

Raell me miró sorprendido.

—¿Enserio?

Asentí, dándolo por hecho ya que Val no me dejó opción. De igual modo iría, tenía cierta curiosidad.

—Eso es genial, se pone bueno cuando el Pastor Elías predica —dijo Andrew.

—¿Tú también asistes? —pregunté curiosa.

—Si, a ver si Val me pide matrimonio cuando sea Cristiano —bromeó.

Ella rodó lo ojos.

—Serías el último de mis opciones.

—Al menos soy una opción —no se dio por vencido.

Está buscando que Val le tire el pure de papa en la cabeza.

—Cierra la boca, estábamos hablando de Liz no de ti.

Él levantó las manos en señal de rendición.

—Cómo sea, te gustará Liz —aseguró Andrew—. Te lo digo yo que era ateo y Raell despertó esa creencia cuando me invitó un domingo —agregó.

Me daba cierto nervio pero emoción al mismo tiempo, todo sería nuevo para mí. La ultima vez que entre a una iglesia fue en el matrimonio de mi Tía Nina.

—Todos se ven muy amables —opine, recordando lo bien que me hicieron sentir en el evento de los niños.

—Lo son —confirmó Raell.

Escuchar su voz en respuesta me reconfortó. Quiere decir que no me odia del todo, lo que me recuerda que debo disculparme con él más tarde por lo de anoche. No recuerdo mucho, pero Andrea se despertó conmigo en la cama. Lo cual significa que nos pasamos bastante de copa.

Arriésgate Liz. Where stories live. Discover now