𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

20. experimentando.

—me da vergüenza...— aún así el seguía esperando jalando de mi cintura hacia él.— estaba medio dormida y tú querías hacerme un oral, me decias que me encantaba sentirte entre mis piernas y luego...— me oculte en su cuello con vergüenza.— me dijiste muchas cosas sucias.

—estabas medio dormida y te susurré todo... No creí que fuera a funcionar.— carcajeo besando mis labios.— vamos nena. Déjame estar entre tus piernas, por favor.— suplico besando con suavidad mis labios.

—enseñame algo...— susurré subiéndome a el. George frunció el ceño al no entender, pero comence a bajar mis besos por su cuello y luego por su torso.

No podía olvidar el placer que me dio Georgie al hacerme sexo oral, ahora era yo quien quería hacerle sentir placer. Ya tenía una idea de cómo hacerle un oral gracias a los consejos de Daniel.

—oh no, no lo harás...— río emocionado.— es un decir obvio, créeme que ya lo he imaginado varias veces.

Sonreí por su chiste y lo ansioso que se sentía, baje y comenzé a acariciar su miembro erecto por sobre la tela. George sonrió aún más y su pulgar acarició mi labio inferior.

—¿En serio lo harás? Si no estás preparada podemos esperar...

—nada de eso.— estaba muy confiada, porque Daniel me dijo que era fácil.

—¿Quieres que te diga que hacer?

—yo se que voy a hacer.— respondí.

—oh bueno, eres una terca...— respiro agitado y negó. Su mirada atenta sobre mi me daba confianza, y lami mis labios. Su miembro era grande, pero según Daniel si relajaba la garganta todo saldría bien. Tome su miembro y me acerque ligeramente ya lista.— es tu primera vez, ¿Cómo vas a...  ¡Oh!— gimió, y yo volví a pasar mi lengua por su glande. George apretó las sábanas entre sus manos.

Lo hice tal y como lo practiqué en el plátano, con círculos suaves, me salí para masturbarlo y miré su rostro.

—¿Te gusta así George?... Puedo hacerlo de otra forma.

—n-no, digo si, solo... ¡Merlín! pone tu boca ahí de nuevo.— gimió bajando mi cabeza. Volví a repetir y él cayó a la cama.— chupa... tú... ¡Ay Merlín! Eso, eso es, no dejes de chupar.— chupar, eso le gustaba que hiciera. Comencé a hacerlo, y no podía evitar llegar un poco más abajo al succionar, y creí que noto que me incomodaba mi pelo. Sus manos tomaron mi cabello, y cuando creí que lo ataria se afirmó de este para bajarme aún más cuando descendía.

Se sentía muy bien hacerle un oral y sentirlo en mi lengua. Más bien se sentía notar sus reacciones y escucharlo gemir.

—¡Oooh! ¡Oh Merlín! ¡Amy!— se tenso sin quitar su mano de mi cabeza.— vas... Increíble.

Los dos miramos hacia la puerta cuando se escucharon los golpes en esta, pero no nos importo mucho porque teníamos hechizos.

—¡¿George?! ¡Llegué con Lea temprano, recuerda que hoy no abrimos hasta tarde!— grito desde afuera.

—Amy.— lloriqueo George, en señal de que debía parar para que hablara. Tome sus manos y las dejé en sus costados.

—no voy a parar George, fue lo mismo en la llamada... ¿No?

—¡Oh no! ¡No, no, no!— lloriqueo sin siquiera intentar quitar sus manos. Mi boca volvió a él y George lloriqueaba mientras yo disfrutaba su sabor y sus reacciones.— no me puedes... ¡Hacer esto!

—¡George! ¿Estas ahí? ¡Dime que escuchaste idiota! ¡Si abres temprano no llegara ni un trabajador!— grito Fred desde afuera, George tomo su varita y sabía que esto era un juego para los dos.