Capítulo 5. Let 'em talk.

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Enero.

Willow se despertó cuando escuchó un ruido exterior que no reconoció. Era probablemente tarde porque estuvo posponiendo todas sus alarmas para levantarse a entrenar. De todas maneras, no ha ido a entrenar.

Ha pasado lo mismo durante las últimas tres semanas.

A su lado había una pequeña mesita plegable con desayuno frío y una nota de su padre. Extendió su brazo fuera del calor de sus cobijas para tomarla, acercando el papel verde hasta su nariz.

"No quise despertarte, papá y yo tuvimos que salir. Volveremos al anochecer. Cuídate mi florecita."

Sus ojos comenzaron a arderle por el esfuerzo de leer sin sus lentes y la luz que estaba colándose a través de las sábanas. Miró a los alimentos frente a ella y su estómago se revolvió, no tenía hambre y dudaba que la tuviera más tarde. No quería ser grosera con su papá por rechazar su comida, después de su estado durante estas dos primeras semanas del año nuevo era normal que ambos se preocuparan, pero sinceramente su estómago no se sentía capaz de digerir nada.

Al levantarse, sintió como si el frío le quemó la piel. El invierno aún no había acabado. Fue a su armario donde el reflejo de su espejo le mostró sus ojeras, cabello enredado y las marcas de la almohada en su rostro. Lo ignoró. Al abrir la puerta de madera, se encontró con el mismo suéter café, intacto, oliendo a vainilla y tabaco.

Sintió su corazón hincharse de sangre, por lo rápido que latió. Suprimió el hipo de tristeza que iba a salir de sus labios. Tres semanas y 2 días. No había llamadas, ni mensajes, nada. Lo último que supo relacionado a él, fue cuando Amity y Luz la visitaron para decirle que Lilith les había informado que sería el nuevo dueño de la Academia. 

Todos le decían lo mismo. Que él se comunicaría con ella a su debido tiempo. pero ¿Cuando era ese debido tiempo? Sabía que días antes del evento, él le había prometido que volvería después de tener todo arreglado. Una parte de su ser ansiaba a que llegara el día y otra muy diferente estaba aterrorizada. 

Descolgó el suéter, colocándolo sobre sus hombros. No lo había usado desde la noche en el restaurante. Se abrazó fuertemente en él obteniendo más de su aroma y parecía que sus pulmones ardían cada vez que aspiraba más fuerte la esencia. Se sentía ridícula llorando sobre un suéter, pero sabía muy dentro de sí que no solo era un suéter. Desearía que fuera una persona. Desearía que fuera su persona.

Su teléfono vibró sobre su mesita de noche, llamando su atención. Tomó los lentes de su escritorio para leer la notificación, no sin antes limpiar las lágrimas que habían logrado salir con las mangas de estambre. Era un mensaje de algún número desconocido, pero la vista previa del texto era muy clara para ignorarlo.

Desconocido 11:12 am.

Willow, si este sigue siendo tu número, quería decir...

Frunció las cejas en confusión, ¿Si este sigue siendo mi núm-?

Oh. Oh.

A este punto de su vida, Willow se preguntaba si su corazón iba a aguantar tantos cambios repentinos de adrenalina. Sus manos comenzaron a sudar y el pitido de su oído se hizo más grande. Tenía miedo de leer el mensaje, y tuvo más miedo cuando había tres llamadas perdidas del mismo número y que no era el único mensaje que había recibido. Se dejó caer en la cama, su pulgar tembloroso abrió las notificaciones.

Desconocido 11:12 am.

Willow, si este sigue siendo tu número, quería decir que lo siento. Sé que me comporté muy mal contigo, con las chicas... y te mentiría si te dijera que no me estuve autosaboteando para llamarte todo este tiempo. Pero estoy arreglando todo! solo faltas tú, contesta cuando veas esto, ok?

Desconocido 11:25 am.

En dónde estás? Te extraño.

Desconocido 11:28 am

Está bien si no quieres saber de mí nuevamente, pero necesito, NECESITO que contestes.

Desconocido 11:42 am

Sé que suena tonto decirte todo esto por mensaje de texto pero los dedos se me están congelando y llevo 30 minutos parado en tu puerta, al menos estás en casa? :((

Willow se levantó rápidamente a ver por la ventana. El convertible dorado estacionado tranquilamente fuera de su casa. Sus piernas desnudas sacaron fuerza de algún lugar secreto, porque bajaron estrepitosamente las escaleras y corrieron a la puerta principal abriéndola de un portazo.

Hunter dio un salto cuando estaba tratando de calentarse las manos con su aliento. Sus ojos cafés miraron con horror el estado de Willow. Por supuesto que no solo se fijó en las ojeras y el cabello enmarañado, sino el hecho de que estaba usando short, una camiseta sin mangas y además estaba descalza. Su único abrigo era un horrible suéter café a medio poner.

Hunter también notó que tenía las mejillas rojas e inmediatamente comenzó a preocuparse porque solo se sonrojan cuando Willow llora. Luego cayó en cuenta que el horrible suéter café era el mismo que le dio la última vez que la vio. La mirada verde sobre él tampoco era muy esperanzadora. Había una mezcla de enojo, incredulidad, tristeza, dolor... no podía descifrar cuál de ellas era peor. Tragó saliva cuando los labios de Willow se abrieron un poco, así que simplemente empezó a hablar.

—¿Estabas dormida? Es que no te encontré en el gimnasio y pensé que–

Lo que pasó después fue muy inesperado. Hunter no pudo terminar de hablar porque Willow lo tomó de su abrigo y estampó sus labios contra los suyos.

Todos sus miedos se desvanecieron en ese instante. Todo este tiempo pensó que lo odiaba, que lo consideraba lo peor del mundo. Y aquí estaba, besándolo como si fuera el fin del mundo. No dudo en envolverla con sus brazos y cargarla contra él, accidentalmente mordió su labio por todo el movimiento, quería romper un poco el contacto para disculparse pero Willow no lo dejó moverse ni un centímetro.

Y hablando de, a Willow no le importaba alguna otra cosa más que saber que Hunter estaba bien, su cabello pudo haberle crecido sobresaliendo detrás de sus orejas, aún cuando la última vez que lo vio estaba cortado casi al ras de su piel, tenía algunos parches en su mejilla derecha, su barbilla ya estaba cubierta de cortos y gruesos vellos color rubio oscuro, pero su chico dorado ya estaba ahí frente suyo, y sabía que Hunter quería disculparse porque ella también quería hacerlo. Pronto sus manos encontraron su hogar en el rostro del mayor, acariciando con suavidad sus pómulos y las patillas. De nuevo estaba llorando, pero esas lágrimas eran cálidas, llenas de felicidad y amor genuino y puro.

El rubio se sintió observado, y cuando dio una vuelta cargando a la chica entre sus brazos, notó como algunas personas que pasaban alrededor se quedaron observando el espectáculo, murmurando entre ellos. O tal vez la atención estaba solo puesta en la poco abrigadora ropa de Willow.

—Eh... ¿amor? la gente está hablando...

Willow refunfuñó cuando la sesión de besos se vio interrumpida. —Déjalos que hablen. —Luego procedió a repartir más besos en el rostro del mayor. Hunter soltó una risita.

—Lo sé, pero, estás en pijama, te vas a enfermar, tenemos que entr–

—¡Bien! Si eso hace que te calles y me puedas besar de una buena vez...

Parecía que el cielo estaba más despejado. La familiaridad de algunos detalles de repente aclaraban el camino. En la crudeza del invierno, había una cálida sensación en el aire que no iba a disiparse en algún tiempo. No importaba, iban a estar bien.

Sin importar que el día estuviera irremediablemente frío.


F I N 


Si quieres conocer la historia paralela de Luz y Amity, o cómo fue que Luz llegó a Bonesborough antes, te invito a leer Buzzcut Season y Team historias disponibles en mi perfil. 

¡Gracias por leer!

A World Alone || Huntlow AUWhere stories live. Discover now