Historia

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         -Tío, es algo fisiológico, deja de darle vueltas.-Dijo una vez más Raj en el coche de camino al hospital.

-¡Eso intento, pero no dejas de sacar el tema!- gritó Leonard mientras ponía el intermitente para entrar al parking.- Menos mal que ya hemos llegado...-murmuró apretándose el puente de la nariz con los dedos.

Entraron rápidamente en el vestíbulo del hospital huyendo de la lluvia que se había ido intensificando desde que salieron de casa.

-Estoy empapada.- Se quejó Penny mientras temblaba ligeramente.- Debí haber cogido un abrigo.

-No, debisteis hacerme caso y haber cogido un paraguas, los datos climatológicos de Google nos avisaron de esta lluvia torrencial, pero, ¿hicimos caso? Nooo... ¿Cuándo aprenderemos a no creernos dioses?- Preguntó retóricamente y con melodrama mientras negaba con la cabeza, a la vez que también notaba un escalofrío que le recorría la espalda.

-Sheldon, si no cogimos el paraguas, fue porque no tenemos ninguno.- Respondió Leonard malhumorado sacudiéndose la ropa para quitar todo el agua posible.

-¿Por qué no tenéis paraguas en casa?- Preguntó Raj confuso imitando a Leonard.

-Sheldon tiene la creencia de que...

-La estúpida creencia.- Corrigió Leonard a Amy lanzando una mirada de odio hacia Sheldon.

-De que los paraguas son inventos de los oculistas en su afán por conseguir más clientes.

-¿De conseguir más clientes? ¿Cómo iban a conseguir más clientes?- Preguntó Penny, que aún se abrazaba los brazos intentando entrar en calor.

-Con las varillas.- Contestaron Amy y Leonard al unísono.

-Eso es ridículo.- Sentenció Raj.

-Perdona, pero no es ridículo, no puede ser una casualidad que siempre queden a la altura de los ojos, las casualidades no existen.- Se defendió Sheldon.- Además, ese no es el único motivo por el que no me gustan los paraguas.

-¿Ah, no? ¿Y cuál es la otra razón?- Preguntó Leonard acabando de secar sus gafas en un trozo de tela relativamente seca que había encontrado en su camiseta.

-Eres muy bajito Leonard.

-¡Pues entonces lleva tú el paraguas!-Bramó con enfado mientras los demás trataban de reprimir la risa, provocando ruiditos extraños.

-¡Debes de estar bromeando! Si llevara yo el paraguas se me cansaría el brazo.

-¿Y?

-Pues que soy diestro.

-¿Y eso qué tiene que ver?

- Pues que dependo de mi brazo derecho para transcribir a la pizarra las genialidades que pasan por mi cerebro, y si esa labor se ve truncada, ¡pum! La raza humana perderá años y años de avance científico.

-Créeme, eso no será un problema.

-Eso lo dices ahora, pero, ¿y si dependemos de mi intelecto para crear un arma defensiva, para evitar que una raza superior de alienígenas invada la tierra, pero las agujetas de mi brazo me impide hacer los cálculos y anotaciones oportunos, y consiguen atravesar la atmósfera y aterrizar?

-Pues entonces, con un poco de suerte, te llevaran con ellos.- Contestó Leonard mordaz.

-Bueno, vale ya.- Les paró Raj poniéndose frente a todos.- Vayamos a ver a Bernadette antes que llegue esa enfermera psicópaiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

¿Qué está pasando?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz