02 | POSTRE

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Los días de invierno tienden a ser más cortos, y esto es porque son pocas las horas que el sol se percibe, es en cambio la frialdad y la oscuridad la que parece calar por todas partes. Dicen que por eso el invierno tiende no solo a cubrir con su manto de nieve la ciudad si no con una relativa nostalgia parece flotar en el aire.

Horacio al menos así lo sentía, porque cuanto más frío hace, uno en la búsqueda de calidez es más consciente de la soledad en la que se vive. Horacio no se arrepentía de vivir solo - a excepción de Mila- la soledad era mejor compartir tiempo con ellos.

Y aunque si bien era por mérito propio que ingresó al FBI, sus habilidades lo probaban, pero cuando ese primer día en el Buró, en conjunto de los otros aprendices serían presentados a la unidad a la que iban a pertenecer, fue cuando vió a Maia. Era inevitable cruzarse con su hermana, siendo ella directora de LS, suponía que debería trabajar bajo su mando en algún momento, pero no esperaba que fuera tan pronto. Mas Horacio no mostró emoción alguna, la saludo como a cualquier otro superior, y pocos apenas los relacionaron como parientes, su aspecto físico ayudaba en eso, los hermanos habían heredado de alguna manera la apariencia de uno de los padres. Para Horacio sería mejor no estar relacionado con ella, esperaba trabajar quizá unos años en esa oficina y luego pedir un traslado, ese era un plan que había elaborado. Recordó que al finalizar la reunión estaba feliz de dejar de verla, pero cuando ya todos salían de la sala, esta lo llamó, él no se pudo negar, ahora estaba bajo su mando.

— Horacio espero que no me decepciones.

Horacio solo asintió y la saludo cuando esta siguió con su camino. Comenzaba a pensar que quizá debió haber rechazado la promoción, pero cuando recordaba cual era la otra alternativa, y estar bajo el mando de la Oficina de su padre, Maia era el mal menor.

Ya habían pasado un par de meses desde ello, pero incluso cuando su deseo era pasar desapercibido, fue evidente que Horacio era muy bueno en la ejecución de las misiones y en los casos a donde era asignado. Eso hizo que Maia casi fuese quien hubo tomado a su unidad bajo su mando como una unidad de élite, incluso se había filtrado por ahí que ellos eran hermanos, y muchos quisieron pensar que ese favor para con Horacio era por el aprecio filial, pero cuando lo veían trabajar les demostró lo contrario, aún así en la reuniones, Maia siempre tenía algo que observar, un detalle al cual no le había prestado atención, y la exigencia que exige ella para con el de cresta no era más que la perfección. Todos en la oficina sabían que aquella si bien delegaba más casos a su hermano, él era quien cargaba con las más altas expectativas, y de no hacerlo los reñidos siempre se podían escuchar incluso fuera de la sala de reuniones. Horacio era admirado como compadecido.

Quizá por eso se había apegado mucho al hobbie de intercambiar cartas con Volkov, en lo que llevaban conversando nunca había entrado en detalles comunes, pero si había logrado conocer algo de él, tenía un trabajo que demandaba también muchas horas, era muy serio al escribir, y no tenía pareja, parecía vivir solo, bueno con Mika. Sabía que era un error seguir por ese camino así que intentó que su mente se entretuviese con el hallar de cómo se explicaba aquel extraño suceso.

Volkov.

Debe ser el buzón, porque ayer le pedí al conserje que me preste las llaves, le dije que había olvidado algo importante, y al ingresar todo seguía como lo deje al mudarme, si fuese una especie de portal podría haber visto a como es tu piso.

Entonces pensé que solo podría ser el buzón. Y estoy pensando enviar algo más grande que solo una nota, para saber si existe un límite. Te envío unos premios para Mika, son sus favoritos.

Atte. Horacio, Dic 2021

A veces cuando enviaba esas cartas Horacio tenía el deseo de quedarse más tiempo ahí en ese pasadizo, las cartas si bien era una forma de comunicarse, no era la forma más rápida, aun si se escribían cada día, la respuesta suponía una espera de 24 hrs. Y Horacio no podía hacerlo porque el trabajo del FBI absorbía mucho de él. Así que cada que debía irse siempre sentía más la soledad rodearlo. Por eso cuando recibió una respuesta al día siguiente Horacio no supo en qué momento ya sonreía cada que leía una nota.

My Home | Volkacio NavideñoWhere stories live. Discover now