Omegacember. Johndo

❄️ Impregnación de aroma

Impregnación de aroma (Deseo)

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Johnny era un alfa que bien podría figurar como una cría de osos en lugar de lobos como realmente lo era. Con ese andar siempre tan despreocupado, sonriente todo el tiempo y amigable con todo el mundo. Johnny era alto en realidad, pero era muy raro que alguien notase su altura gracias a la ropa holgada que siempre usaba, ropa bastante peculiar y adecuada en su estilo tranquilo. De colores pasteles, neutros y blancos; el castaño siempre usaba camisas, playeras y sudaderas una o dos tallas más grandes, pantalones igualmente sueltos y bastante cómodos.

Su cabello un poco más largo de lo usual le daba ese último toque confortable que raramente se había visto en un alfa. Y es que, fácilmente podría ser confundido con un omega debido al aroma dulce que siempre lo rodeaba.

Aroma que venían nada más y nada menos que de su bonito omega. Doyoung por otro lado, era totalmente lo opuesto al alfa.

Principalmente por su estilo tan diferente y contrario, vistiendo siempre de colores oscuros, ropas ajustadas y de materiales llamativos, así como accesorios de cadenas, collares, anillos y piercings. Delineados negros y esa mirada filosa que te hacía pensar dos veces antes de intentar hablarle. Llevaba incluso tinta en la piel, diseños que el mismo hacia, siendo su propio lienzo. El cabello negro, apenas ondulado y con un aire despreocupado.

Y por sobre todo, era diferente en cuestiones como su personalidad, siendo más arisco, más rebelde, más sarcástico y salvaje. Doyoung a veces se preguntaba cómo es que consiguió que el alfa se fijase en él, siendo una persona bastante voluble y explosiva, totalmente discordante de su propia especie.

Nunca se había doblegado ante algún alfa, ni siquiera por la tan infame voz. Nunca necesitó ser protegido y cuidado por nadie. Aquello tal vez se debía a que su madre, omega igualmente, se dió la tarea completa de criarlo como madre soltera. Forjandole una personalidad fuerte y tan extrema que llegaba a ser peligrosa.

Conoció a Johnny gracias a sus empleos de medio tiempo, el alfa, tan propio de su estilo, trabajaba en una floristería, y Doyoung, desde la acera del frente, algunos metros a la derecha, en su propio local de tatuajes, le gustaba observar al bonito alfa decorando y cuidando flores. Aquello funcionó por algunos meses hasta que el alfa fue concientes de su mirada siempre intensa, respondiendo con suaves sonrisas y tiempo después, con diferentes flores en el buzón de la puerta de su trabajo.

Claro que Doyoung tenía amigos alfas y se podía relacionar sin problemas, bueno, nunca iba más allá de cortos enfrentamientos con estos, pero nada del otro mundo. Por lo que ser centro de atención del alfa bonito y posteriormente cortejado por el mismo fue el detonante del caos dentro del omega. Cada vez que recibía alguna flor de parte del alfa, se daba el tiempo de buscar el significado, ganando sonrojos y el corazón acelerado.

Johnny fue el primero en moverse, llegando un día de marzo a su local en busca de un tatuaje, supuestamente. Saliendo del establecimiento con un bonito girasol en el brazo, el número del tatuador y una cita. Doyoung recuerda que aquella seción había sido la más emocionante que jamás tuvo. Nunca antes algún alfa logró llegar a ponerlo tan nervioso como el chico del frente, y quería más de ello, de aquel sentimiento revitalizante que provocaba la suave voz del alfa.

Bastaron tan solo dos citas para darse cuenta de que estaba completamente perdido por el chico, incluso podía sentir a su torpe omega tirarse de panza y actuar todo encantador ante el alfa.

Su relación, eventualmente, se dió tan fácil como el sol saliendo todos los días, eran tan distintos que encajaban bastante bien, mientras uno era tan tranquilo como el caudal de un río, el otro era tan peligroso como el mar abierto, siendo agua al mismo tiempo, complementandose con solo coexistir.