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—Chicos

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—Chicos... creo que no vale la pena iniciar una pelea por algo tan insignificante como lo es lo que escribe Rita...— dijo la voz de Angelina junto con Lee el cual miraba atento.

—Escucharla, ella sin duda tiene razón.— corroboró Anthony tratando de calmar a Cedric con la mirada.

—Insignificante, ¿eh?— soltó el castaño señalando el periódico. Luego de unos segundos, la miró a ella la cual no había dicho nada.— ¿Has dicho algo de lo que pone aquí?

Y Brooke, solo pudo mirar a sus ángeles de la guarda quienes negaban con la cabeza, diciéndole que no lo arruinara más.

¿Mentir era una opción? Si no tuviésemos motivos para mentir no lo haríamos. Siempre hay una razón por la que mentimos, aunque esto no significa precisamente que sea algo bueno, algo positivo.

En ocasiones podemos pensar que cuando mentimos estamos haciendo un bien, pero ¿alguna vez te has visto atrapado tras una mentira?

Brooke sabía que no debía jugar con la mentira. Esa era una situación incómoda de la que sabía que era muy difícil escapar, pues ya bien dice el dicho "se coge antes a un mentiroso que a un cojo".

Curiosamente, algo que ya todos deberíamos haber aprendido hace tiempo, es que cuanto menos queremos hacer daño, más daño hacemos.

"Aunque duela, debes decir la verdad."

Suspiró y finalmente, miró al Hufflepuff.
—Si. En parte si, lo siento.

¿Brooke acababa de disculparse con alguien? Era simplemente increíble.
—Que vas a hacer, ¿eh? Solo estaba diciendo la verdad, y si, el único motivo por el que me acerque a ti fue el reto, que por lo que puedo ver... he cumplido.

Y ahí estaba la Brooke que todos conocían.
—¿Disculpa? ¿Como que lo has cumplido?— preguntó este ahora cruzándose de brazos.

—¿Tan dolido estás como para montar todo este espectáculo? Vaya Diggory... me sorprende lo infantil que eres.— dijo tratando de sonar fuerte.

Pero para nada sonaba fuerte. Sonaba como si se acabara de romper un cristal. Sin duda alguna la chica estaba dolida, y es que su orgullo no le permitía arreglar nada, al contrario.
—Si, perdona por ser una persona con sentimientos, no todos somos monstruos sin corazón que solo juegan contigo.— se excusó este.

—Diggory... para ya.— le pidió Anthony.
—¡No! Estoy harto de ella, estoy harto de tus juegos y tus estúpidos retos, ¡y que me ilusiones! Estoy harto de ti, ¿entiendes?— empezó a decirle sin importarle el sitio ni que todos estuvieran escuchando.— Me haces daño.

Esa era la pura verdad, y auch.
—Te equivocas. Te lo haces tú solo.— respondió con frialdad.— Yo te advertí, ¿recuerdas? No es problema mío si eres tan ingenuo y estúpido de caer en mis juegos.

Cierto, en parte... pensó el Hufflepuff.
—Y eso chicos y chicas, ¡es lo que nuestra compañera Brooke West hace con todos!— saltó la voz de Herbert.— Para ella todo es un juego.
—¡Cállate!— le respondió la Gryffindor con intención de enfrentarlo.

—Déjalo en paz.— salió en defensa Cedric tomándole del brazo a la chica, intentando pararla de una posible catástrofe.

Pero la catástrofe fue cuando impulsivamente, Brooke abofeteó al Hufflepuff, alejándolo de ella, causando más miradas curiosas en ella.

Y de nuevo... era el centro de atención.
—No me toques, nunca más.— le advirtió ella muy nerviosa.

La chica miró a los pelirrojos los cuales miraban todo el panorama y por unos segundos, se sintió sola en todo ese lugar.

Normalmente siempre que tenía miedo, o que se sentía amenazada, los miraba y se encontraba segura. Sabiendo que ellos la apoyarían. ¿Porque ahora no?
—Brooke...— murmuró George.

Vaya, solo mencionaban su nombre si algo iba mal. ¿Tan horrible había estado?
—Me tengo que ir.

Y si eran sus mejores amigos, ¿porque no la seguían? ¿porque no se preocupaban por ella para ver como estaba? ¿Que había pasado con el todos para una y una para todos?

—Oh Diggory... que desgracia, ¿no crees? No te preocupes y bienvenido al club de rechazados por la salvaje.

—¿Pero de que vas?— empezó a decirle Fred a Herbert con intención de iniciar una pelea. Fue sorprendente que Angelina lo paró con solo una mano.
—No te metas en líos.— le susurró ella.

—Pero es mi amiga.— se quejó este.
—Fred. No te metas.— le aconsejó Lee.

Herbert sonrió sarcásticamente y miró a Cedric el cual no había apartado la mirada por donde se había ido ella, aún con la marca de la mano de Brooke en su mejilla.
—Diggory, has hecho lo correcto, en todo caso... como dice el profeta, ella es muy poco para alguien como tú, ¿cierto?

Anthony frunció el ceño y miró a los gemelos los cuales no sabían que hacer.
—Eres el testigo, ¿cierto?— le preguntó directamente.— Ha sido todo cosa tuya, ¿verdad?

—Mía no. Ellos mismos lo han dicho, solo les he ayudado a ver la realidad. Le he hecho ver a todos quien es en realidad Brooke West.
—¿Qué?— dijo ahora Cedric entendiendo todo.

—¡Verás lo que te mereces!

Todos se sorprendieron al ver como Ginny Weasley saltaba encima de Herbert para pegarle, con todas sus fuerzas y como podía.
—¡Aléjate! ¡Quita comadreja salvaje!— dijo este apartándola de un empujón.

Mala decisión.
—Yo lo mato.— murmuró George listo para pelear junto con Fred.

Herbert, estabas más que muerto.
—¡Sois unos traidores!— les gritó su hermana ahora a sus hermanos.— ¡Vais diciendo que Brooke es como vuestra hermana y la dejáis tirada como si fuera cualquier persona! Mamá y papá estarían muy decepcionados de vosotros.

Mal, mal, todo estaba saliendo mal.
—Tiene razón Georgie... somos los peores. ¿¡Que hemos hecho!?— dijo Fred muy angustiado.

—Que he hecho.— soltó Cedric dándose cuenta de las tontas palabras que había salido de su boca hacia ella.

Y es que, todos en el comedor no decían nada pero pensaban lo mismo.
—Todo es culpa del Hufflepuff ese...— murmuró un moreno negando, mientras comía de su plato.

Exacto, todos, hasta la mesa verde se había enterado del gran drama. Y como grandes cotillas, Pansy Parkinson y Blaise Zabini sabían absolutamente todo de la pareja del año.

—Dirás Cedric, la verdad es que admiro a Brooke por decir la verdad y enfrentar a esos dos... ella tenia todo el derecho de golpearlo y de enfadarse, después de todo... Diggory sabía sobre el reto.— comentó la peli negra con orgullo.

—Si, además, todos saben que Brooke moría por concursar en el torneo... y si mal no tengo entendido, fue Cedric quien le habló primero.— siguió diciendo el Slytherin.

Ambos miraron a su amigo platinado el cual miraba al Hufflepuff castaño con cierta asquedad.
—Sin duda un gran idiota.

Oh Cedric... el juego terminaba ahi al parecer... o más bien, ¿empezaba?

my game, my rules (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora