El joven cerro los ojos con un sonrojo en sus mejillas causado por el calor del momento, en poco tiempo el beso se volvió una lucha por quién dominaba los movimientos del otro y hasta ahora estaba perdiendo con el vastaya, ¿que podía hacer? Aquella larga lengua y colmillos caninos le daban una mayor ventaja, solo podía resignarse a respirar en los pequeños lapsos en los que su depredador le dejaba descansar.

Sett empezó a llevarlo lentamente hasta la alfombra de aquella sala, las gotas de lluvia aún se hacían presente acompañando el ambiente con los gemidos y gruñidos que los dos soltaban de vez en cuando. Comenzó a meter su mano bajo la ropa oscura del omega, recorriendo así la fría piel de este pasando desde su abdomen hasta su pecho.

Antes de poder seguir con el poco autocontrol que le quedaba el alfa se aparto lentamente para incorporarse y observar lo que se hiba a devorar ese día, debajo de el se encontraba lo que podría jurar que era el Omega más hermoso que se había encontrado, los cabellos azabaches de este se encontraban ligeramente alborotados, su rostro tenía las mejillas rojas y aquellos finos labios hinchados por el beso anterior, su pecho expuesto subía y bajaba rápidamente pues el omega intentaba regular su respiración, además de que anteriormente había bajado sus pantalones negros dejándolo solo en ropa interior.

Se relamio los labios encantando por la vista, bajo su mano a su propia pelvis colocándola en el bulto que se había generado en su pantalón desde hace rato.

-Crees que puedas con esto niño bonito? -Preguntó con una sonrisa altanera dejando sobresalir sus caninos.

Soltó una risa ronca cuando noto como el joven bajo su mirada a la gran masculinidad aprisionada por su pantalón y sus mejillas se tornaron más rojas al momento.

-Tranquilo cuidare de ti- Reviso su bolsillo y suspiro algo aliviado por poder encontrar un preservativo en este.

Con algo de torpeza por la excitación bajo el cierre de su pantalón y dejo salir su miembro ya erecto cubierto por el líquido preseminal en la punta.

"Así que por eso lo llamaban el hombre bestia..."

Pensó Aphelios mientras observaba al contrario colocarse el preservativo, estaban calientes pero la seguridad era lo primero.

Sett termino por arrancarle la ropa interior al menor para dejarlo al descubierto notando como el miembro de este comenzaba también a despertar. Excitado acerco dos dedos a la boca del pelinegro y este entendiendo a la perfección comenzó a lamerlos y chuparlos cuál caramelo, si eso no era lo más erótico que Sett había visto no sabe lo que es erótico.

Terminado el trabajo de Aphelios el alfa comenzó a estimular la entrada del menor húmeda ya desde hace un rato. El chico luna comenzó a tener pequeños espasmos de placer acompañados de suspiros entrecortados y el chapoteo que producían los movimientos del hombre sobre el.

Cuando noto que el omega ya se encontraba preparado para el siguiente paso se inclino sobre el presionando la punta de su miembro contra la entrada de este.

-Voy a entrar.

Aphelios asintió y cerro los ojos con fuerza cuando sintió el gran intruso entrar en su interior lentamente, un dolor agudo comenzó a presentarse en su pelvis y se removió un poco incómodo.

Sett se quedó unos minutos sin moverse para dejar que el menor se acostumbrara al tamaño, su cortejo estaba yendo de maravilla no lo podía arruinar. Se acerco al cuello pálido y comenzó a repartir pequeños besos en este para poder tranquilizar al chico.

Después de un rato Aphelios comenzó a mover sus caderas empujando levemente contra la pelvis del vastaya dando señal de que ya estaba listo. Este entendiendo de inmediato sostuvo las caderas del menor y comenzó a moverse dando suaves embestidas dentro de el.

Los gemidos no se hicieron de esperar pues el pelinegro estaba encantado con los movimientos del alfa sobre el. Estos sonidos solo emocionaron a Sett quien comenzó a ir contra el omega con más fuerza mientras que esté se aferraba a los hombros del mayor y comenzaba a gemir más fuerte. Para ser un joven callado estaba siendo muy ruidoso.
Embestida tras embestida Sett se acercaba más al orgasmo, el interior del chico bajo el era lo mejor que había probado en toda su vida sexual. Sintió un suave espasmo del menor cuando rozó una zona que había intuido que era el punto dulce de Aphelios.
Se relamio los labios antes de realizar su golpe final, un brillo dorado atrajo la vista del chico luna pues el cabello del vastaya comenzaba a brillar con fuerza y antes de poder formular palabra lanzo su cabeza hacia atrás soltando un jadeo.
Por un momento los dos individuos unidos perdieron toda coherencia alguna y el placer inundó sus mentes como sus cuerpos, todo lo que habían acumulado fue liberado en ese instante.

Las gotas de lluvia resbalaban por la ventana empañada.

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Gracias por leer!

Espero no se haya sentido muy apresurado pero hace tiempo que estaba planeando como hacer este cap.

Ahora desaparecer otro mes 😎✨

✨~ Little moon ~✨Where stories live. Discover now