𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

14. solo necesitame.

—vamos, contesta, yo no haré nada.— asentí y tome el teléfono.

—¿Hola?— pregunté confundida, George me dio una sonrisa ladina, negué rápidamente y él asintió yendo a uno de mis senos rápidamente.

—¿Hola, hablo con Amy?— pregunto al otro lado. Quería decir que si, pero George mordisqueaba mi pezón tan bien. Me miraba directo a los ojos y no paraba de darme esa sonrisa burlesca, negué nuevamente.

—s-si... Si, soy yo.— respondí como pude. Afirme la cabeza de George y mi cabeza se tiró hacia atrás.

—oh hola, soy Fred Weasley, ¿Me recuerdas?— pregunto al otro lado. Le di vuelta a George y el sonrió bajando su boxer.

—creo... Un poco, ¿El de sortilegios, no?

—¡Si! Ese mismo. Bueno es que creo que es obvio que sabes del aluvión, pero me dijeron que te vieron con George y quería ver si es que estaba contigo, porque no a llegado a casa y me preocupa por el aluvión que hay. No se dónde está y me he contactado con muchas personas.

Di una lamida a mi mano y sin más baje a tomar su miembro. George solo sonreía y cuando comenzé a bajar la mano por su longitud abrió la boca soltando el aire.

—¿George?... Oh sí, lo que pasa es que se puso a llover y le ofrecí un paraguas antes de que caminara a su habitación y se tuvo que quedar para... Para eso.

—¿Qué? No entendí, ¿Esta contigo?

—¡Si!— afirme aún viéndolo bajo mío temblar, se veía tan bien verlo así.— es que le ofrecí un paraguas y cuando vino a por él nos dimos cuenta del aluvión. Está en otra habitación... ¿Te lo paso?

George negó y sonreí con malicia asintiendo.

—por favor.— pidió y espero unos segundos.

—George, llama Fred, tu hermano.— avisé a lo lejos y George negó. Aún solo lo palpaba y cuando tomo el teléfono comenzé a llevar un ritmo constante.

Sostuvo mi mano y acercó el teléfono a su oreja aunque podía escuchar aún.

—¿Hola?

—¡George! Estaba preocupado por ti idiota. ¿Te quedaste con la acosadora?— pregunto riendo, abrí los ojos y miré a George quien se puso rojo en segundos.

—que no le digas así... Pero si, es que-

—¡No me digas más excusas! ¿A quien te tiraste? ¿A ella o a la amiga?— pregunto riendo.— ¡Auch Lea! ¡No me pegues!

—¡Que no hables así de mujeres!— se escucho al otro lado.— que idiota...

—lo siento amor.— se escucho un beso.

—te lo merecías.— agrego George.— estoy bien, me quedé acá porque no podía bajar y la varita la olvide en la boda, ¿Estan bien?

—pff okey. Yo tengo tu varita George. Nosotros estamos bien, tuvimos una pequeña discusión por la culpa de una chica... Que no nombraré porque está cerca, ¿Cierto, LEA?

—ya te pedí perdón bonito.— se sintieron besos continuos.

—aja.— río y tomo un largo respiro.— bueno yo... M-me voy.

—iugh, adiós.— tomé el teléfono y me salí de su regazo para dejarlo en la mesa nuevamente. No sabía que esas palabras me quitarán la calentura tan rápido.

—Amy...

—si quieres ocupar mi varita para irte hazlo, no te retengo aquí ¿Sabes?, Tampoco es que quiera jugar a la parejita feliz ni nada por el estilo.— explique calmada.— y no sabía que aún me decían acosadora, por cierto.