Capítulo tres: casita azul.

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Axel

Ese olor, mar, arena, los destellos de luz, la brisa; aquí está con su cabello en el viento y su mano tomando la mia, veo sus labios, deben ser tan dulces como parecen.

Siento su calor, su respiración, llenandome de valor tomó su rostro y la beso, con pasión, con lujuria, con locura,  sus labios le enseñan el ritmo a los míos, su lengua juega a gusto en mi boca y me anima a hacer lo mismo, deslizo mi mano hasta su nuca para seguir recorriendo su suave piel

No sabía cuánto deseaba esto, estar perdido... Con ella

Al separarme me encuentro con esos ojos que esconden un mundo en ellos

—¿Alyssa?

—Shhhh, no pienses. Siente

Ahora es ella quien estampa sus labios contra los míos y no me resisto, no podría aunque quisiera y realmente pongo en duda si quiero desistir a este sentimiento

No pienses, siente.
Siente

Oh, demonios, que frío está haciendo y este dolor, siento como si mi cerebro fuera a estallar

Quito mi brazo de mi rostro para ir acostumbrando mis ojos a la luz del lugar.

¿Donde estoy?

¿Y mis lentes? Tiro la mano con demasiada fuerza, siento la madera fría, no veo nada muy bien.

«Maldición»

¿Y mi camisa?

«Maldición»

Rápidamente tomo mi camisa y la abotono lo mejor que puedo, consigo con los lentes y al ver las botellas me doy una idea del motivó de mi leve amnesia, pero, yo no pude tomar esto solo ¿O sí? Recorro con la vista mi alrededor rápidamente, esta no es la casa de la fiesta, me acerco a la puerta, estoy en la playa.

«Mierda, mierda ¿Donde demonios está Patrick?»

Guardo rápidamente las botellas en mi bolso y bajo las escaleras, cómo pequeños flashback los recuerdos llegan a mi mente.

Estaba en la fiesta, los muchachos se fueron llendo, unos con chicas y otros simplemente se marcharon al baño y nunca volvieron, uno de ellos fue Patrick, ha diferencia de los demás el regreso, con su cabello negro hecho un desastre y los labios hinchados y rojos

—¿Te diviertes?—musito a mala gana, esperando note la rabia en mi voz

—Como nunca antes en mi vida, por cierto, estaré algo ocupado con alguien en la azotea, no me esperes, ni me busques ¡Te quiero!— ignorando completamente la mirada asesina que le dí, se va sin darme chance de decir nada.

—Encantador hasta mi mejor amigo me abandono—voy refunfuñando mientras lanzó las botellas en el basurero y veo al salvavidas dirigirse a su lugar de trabajo, diez minutos antes y me hubiese encontrado.

«Santo Dios.»

Después de ser abandonado por quién me arrastro a esa locura, agradezco haberme quedado con la botella de tequila, recuerdo un trago, dos tragos, tres tragos

...

Estoy caminando, pero no estoy solo, cada cierto tiempo la miro sin que se de cuenta, su cabello desordenado, la bara de metal que atraviesa su oreja y es tatuaje de una estrella marina en su cuello, la detallo aprovechando su distracción, luce bien con esa falda... Sería muy fácil meter mis manos por debajo y descubrir si tendrá algo sexy, su camisa se acopla bien a su pecho, y tiene unas palabras en este

Donde Nacen Las EstrellasWhere stories live. Discover now