prólogo

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—¿No he escuchado mal? ¿Verdad? —El chico de cabello largo asiente a lo susurrado por aquella mujer a su lado. La persona que hablaba en ese momento se trataba de la matriarca de la familia Uchiha, la cual no entendía lo que ella estaba observando.

Su hijo menor le presento a una chica, que según él llevaba saliendo cerca de dos meses. Dos meses los cuales ella conocía porque su hijo, Sasuke, se había mantenido peleado con el chico rubio que ella tanto quería. Dos meses en el que tuvo que soportar las quejas de su hijo de tal manera que se contenía en golpear, porque era una madre amorosa, y la violencia no venía en ella, pero había ocasiones que Sasuke merecía un puño de amor de su parte.

Mikoto trata de relajarse, siendo en vano al escuchar de la boca de Sasuke la palabra casamiento de sus labios, otra vez. Bueno, no fue la única que estuvo de aquella manera, Fugaku y su hijo mayor escupieron la bebida que tomaban, disculpándose en proceso.

Aquello no era normal de la familia Uchiha, ellos mantenían siempre una expresión serena en sus rostros, común en ellos, nada los hacia explotar del enojo o les sorprendía. Eso fue sorpresa hasta para el mismo Sasuke, pero él no lo comentó, actuó como aquello ocurriese siempre.

Mikoto supo que su mirada no fue la mejor al ver a la chica —que no recordaba el nombre— algo incomoda. Pero ¡Ella no tenía la culpa! ¡Ella era madre y como madre conocía el corazón de su hijo! Mikoto estaba segura de que el corazón de su hijo brincaba y susurraba el nombre del chico rubio, de ojos azules que ella conocía. Esa era la persona con la que siempre pensó que se iba a casar, no con quien estaba al frente suyo, dirigiéndose una sonrisa falsa que desde lejos se lograba ver.

Desde que entró por la puerta de su casa, no le agrado, y a cada segundo que pasaba, se agrandaba su desagrado.

—Mamá ¿Estás bien? —Mikoto asintió, aunque no fuera verdad ¡Estaba enojada! Quería agarrar a su hijo por la oreja e interrogarlo como un militar al encontrar un espía en su cuartel, pero no lo hacía por la visita que estaba con él—. Entonces, le puedo dar la fecha de la boda.

—Hermano, ¿No crees que es muy pronto? —intervino Itachi, tratando de calmar a su madre por debajo de la mesa—. Pueden conocerse un poco más, quizás pensar las cosas con más calma.

—Esta es mi decisión, Itachi y ambos pensamos que es lo correcto ¿Verdad? —miro a la chica, la cual asintió a lo dicho.

La mujer Uchiha hizo lo posible para morderse la lengua y no llamar a su hijo menor idiota. Porque esa era la palabra correcta para lo que estaba pensando su hijo. Estúpida decisión.

—Estas embarazada... —acusó mientras la analizaba, pero la notaba muy delgada, falta de nutrientes, y una posible anorexia. No daría muy buenos hijos—. Por eso hacen esto.

—¡Mamá! / ¡Señora Uchiha!

—¿Qué? —sonrió con inocencia—. Jóvenes como ustedes se casan por eso, luego piensan que es una mala decisión y se lamentan toda su vida., terminan divorciándose antes de que cante un gallo.

—Mamá —Sasuke se levantó de su asiento, molesto por el comentario de su progenitora, y tomó la mano de su novia—. Me casaré con Sakura, les guste o no.

Sasuke y la chica de nombre Sakura, salieron de la casa, dejando a la familia Uchiha en total negación. Ellos estaban seguros de que eso no iba a ocurrir.

—Cariño... Sasuke es un idiota.

—Lo sé, Fugaku, ese idiota es nuestro hijo —suspiró, dejando los cubiertos en la mesa—. Y nuestro hijo no se va a arruinar la vida, de eso estoy segura.

El Idiota Es Mi Hijo (Sasunaru)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum