Capitulo 23: Esa jodida sonrisa

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Yo contuve la respiración con la cabeza apoyada sobre la puerta, mirando hacia arriba donde me miraban sus ojos cuando su mano paso a mi mejilla y su pulgar acariciaba mi mejilla levantando mi cabeza un poco mas. -Podemos cambiar eso ahora mismo. -Dijo en susurro refiriéndose a que yo estuviera en el puesto de Pene dos días atrás.

Solté el aire que había estado conteniendo y puse mi mano en su muñeca de la mano que tenia en mi mejilla agarrándole suavemente sin saber como reaccionar cuando su cuerpo se pego mas al mio. -No sera necesario. -Dije sin aliento.

-Ya lo creo que si. -Sonrió antes de posar sus labios contra los mios y pasar su mano hacia mi nuca metiendo sus dedos entre mi pelo.

Sus labios eran cálidos presionando contra los mios mientras yo agarraba con mas fuerza su muñeca y colocaba mi mano en su pecho haciendo presión en el intentando separarle de mi pero sin mucho empeño mientras notaba sus labios trabajar al ritmo de los mios haciendo que un cosquilleo recorriera todo mi cuerpo agradablemente. Pensé en separarme de el pero me detuve cuando me di cuenta de que ya no tenia novio, y aunque habíamos roto y yo le quería me había dolido que me llamara puta, aunque se disculpo diciendo que no lo pensaba. De todos modos, fue el quien rompió.

Fue entonces cuando el quito su antebrazo de al lado de mi cabeza apoyado en la puerta y lo coloco en la parte baja de mi espalda apretando mi cuerpo contra el suyo. No se separo de mi hasta que los dos sentimos la necesidad de aire en nuestros pulmones. Le mire sorprendida mientras mi pecho subía y bajaba con fuerza.

-Buenas noches. -Comento sin aliento apoyando su frente contra la mía y cerrando los ojos.

-¿Que ha sido eso? -Jadeé intentando regular mi respiración mientras cerrando los ojos me preguntaba si había besado del mismo modo a Pene.

-Tu beso de buenas noches. Mañana repetimos. -Sonrió ladeado mirando mis ojos antes de volver a acariciar mi mejilla. -Descansa. -Susurro en mi oído rozando con sus labios mientras su tacto me hacia estremecerme antes de que subiera las escaleras y se metiera en la habitación de los chicos.

Yo aun estaba allí, al lado de la puerta intentando regular mi respiración agitada y preguntándome que acababa de pasar. Subí las escaleras y me metí en la habitación de las chicas. Alli y Leslie estaban durmiendo cómodamente en sus camas, y lo sabía por los ronquidos que emitían.

Mi corazón daba saltitos por una parte mientras que por la otra se rompía. Estaba dividido entre... Dani y Alex. ¿Pero qué podía hacer? Dani me había dejado y no parecía tener intención de volver a hablarme nunca. En cambio Alex cada día era más agradable conmigo, incluso cuando hoy debía haberse enfadado.

Me metí en la cama tapándome con la sabana. Si, vestida, no me quite ni los tacones. Estaba aún un poco aturdida por haber bebido tanto y por lo que acababa de pasar abajo que... no sabia como tomármelo. Cerré mis ojos para quedarme dormida ya que mi mente no podía pensar con claridad, no al menos con tanta cantidad de alcohol corriendo por mis venas y organismo.

A la mañana siguiente me despertaron los rayos de sol colándose por la ventana y gruñí tapándome la cara con la sabana. No podía creerme que nadie hubiera bajado la persiana. Aunque era un poco lógico, las tres llegamos a casa cansadas y un poco borrachas. Pero no importaba, tenia que echarle la culpa alguien.

Empece a notar un dolor palpitante en mi cabeza llevándome las manos a ella en una suplica silenciosa de que parase.

-¿A alguien mas le esta matando el dolor de cabeza o solo es a mi? -Pregunte con voz áspera y dolor en la cabeza revolviéndome en la cama sin abrir los ojos.

Ellas gruñeron en respuesta por lo que entendí que también las dolía. -Hay un exceso de luz en la habitación que no me deja abrir los ojos. -Se quejó Leslie con las manos en la cara.

Enamorame, si puedes... © (EDITANDO)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt