Itadori Yūji 2/3

3K 241 98
                                    

Estabas soñando de nuevo, lo sabías bien, se había repetido tantas veces que prácticamente te sabías el sueño de memoria, siempre era lo mismo, nunca cambiaba nada, ni la ropa, ni el escenario

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estabas soñando de nuevo, lo sabías bien, se había repetido tantas veces que prácticamente te sabías el sueño de memoria, siempre era lo mismo, nunca cambiaba nada, ni la ropa, ni el escenario.

Estabas sentada en una banca de algún parque de la ciudad, llevabas un conjunto oscuro que se asemejaba a un uniforme de preparatoria que no conocías, frente a ti había una canasta para picnic y un montón de comida acomodada bajo una manta de color celeste, el clima era cálido, y siempre tenías esa sensación de que estabas celebrando algo, pero obviamente, nunca sabías qué.

¡(Nombre)! —Y como siempre ocurría en ese punto del sueño, escuchabas a alguien gritar tu nombre.

Nunca entendías nada, ¿por qué sonreías cuando ese alguien gritaba tu nombre? ¿Por qué sentías a tus mejillas enrojecerse? ¿Y porque sentías que el corazón se te aceleraba como loco? Siempre sentías lo mismo, y cuando ese alguien llegaba a tu lado, te lanzabas a sus brazos, como si estuvieras segura de que siempre te atraparía, siempre quisiste actuar de forma distinta, pero tú cuerpo parecía moverse solo, y terminaba repitiendo los mismos movimientos.

¡Por fin estamos solos! —Gritaba la persona que te abrazaba—. ¿Me extrañaste, bonita?

Y tal cual había ocurrido miles de veces anteriores, esa pregunta te hacía abrazarlo más fuerte y esconder tu rostro en su pecho, porque a pesar del clima perfecto y de la compañía, la tristeza te embargaba por completo.

Mírame, por favor...

Siempre era el mismo sueño, porque cuando la tristeza te golpeaba, la escena cambiaba drásticamente y te encontrabas llorando mientras te aferrabas a su cuerpo, como si te negaras a dejarlo ir, lo escuchabas hablar, pero por más que lo intentabas, nunca podías dejar de llorar, y después, cuando te dignabas a verlo, lo único que eras capaz de ver, era su sonrisa cálida que solo te estrujaba el corazón.

Estoy aquí, contigo.

Después de eso, lo tomabas del rostro queriendo darle un beso, pero como si hubiese sido solo una ilusión, desaparecía frente a ti, dejándote esa sensación de vacío en el pecho.

No me dejes, por favor —repetías desesperada—. No sé cómo continuar sin ti.

Llegaba un punto donde todo ocurría demasiado rápido y de repente, despertabas justo como en ese momento, el sudor te recorría las sienes y tus ojos ardían por las lágrimas que salían sin permiso, el corazón se te agitaba y no podías controlar tu respiración.

Observaste la hora en tu teléfono y decidiste mejor hacer tus quehaceres del hogar antes de salir hacia tus clases en la universidad, después de todo, siempre que tenías ese sueño —o pesadilla—, nunca podías volver a conciliar el sueño, y todo el día tenías un malestar en el pecho.

Era molesto.

No sabías porque te ocurría eso, ¿si quiera tenía algún sentido? ¿Llorar por alguien que ni siquiera conocías? Era de locos, tus padres te habían llevado a terapia de niña debido a esas pesadillas, pues cuando eras más joven solías despertar gritando y llorando, como era obvio, la terapia no te ayudó, te dieron pastillas para dormir, pero a veces ni siquiera eso conseguía que dejaras de soñar eso; eventualmente, dejaste de despertar de forma tan agitada, y solo lo hacías sudando y llorando, justo como ese momento.

Jujutsu Kaisen | EscenariosWhere stories live. Discover now