Jujutsu Kaisen | Escenarios

Fushiguro Megumi

Nobara siempre fue alguien muy observadora —o cotilla, por no decirlo de otra forma—, le gustaba analizar el panorama frente a ella y juzgarlo de primera mano según la impresión que daban, y aunque no siempre acertaba en sus juicios precipitados, esta vez estaba segura de que tenía razón. Y pensaba comprobarlo.

—Itadori, ¿no crees que ellos dos son muy unidos? —Cuestionó ella, achicando los ojos hacia el par que compartían el sofá.

—Pues son amigos, ¿no es eso normal? —Respondió confundido.

Pero digamos que Nobara no pensó muy bien al elegir a Itadori como secuaz para esta línea de investigación, era muy despistado e inocente, rayando casi la idiotez, aun así, para ella no existió mejor cómplice en ese momento. Si bien el tiempo en que Itadori, Fushiguro y tú se conocieron no fue demasiado antes de que ella se agregara al equipo, Kugisaki estaba segura de que el pelirosa debía tener más información.

—Oye, ¿qué tanto sabes sobre ellos?

—Uh, no más que tú —respondió, recargando su rostro sobre la palma de su mano derecha y tratando de hacer memoria—. Esa noche en que me tragué el dedo de Sukuna, Gojō-sensei llegó con Yamazaki y por cómo se preocupó por Fushiguro supuse que ya se conocían desde antes.

Bien, ahí tenía un punto. Su preocupación... ¿Pero que no era eso normal entre amigos? Ella también se preocupaba por ellos si estaban lastimados o en peligro, eran amigos, era lo lógico, ¿no?

—Cuando Gojō-sensei me mostró mi habitación, ambos salieron de la habitación de Fushiguro, Yamazaki llevaba unos medicamentos que le había dado para los dolores.

¡Bingo! Eso era todo lo que necesitaba Nobara para ir armando ese rompecabezas imaginario que se había creado en su cabeza después de ver la cercanía de sus compañeros.

En un principio creyó que sólo eran imaginaciones suyas, por lo que sabía, Fushiguro y tú se conocían desde hace bastante tiempo, así que era un tanto lógico que hicieran más misiones juntos debido a que, prácticamente, tenían una fe ciega en el otro, aun así, en aquellas misiones donde se veían los cuatro involucrados, ella había notado demasiada preocupación en Fushiguro cuando te perdía de vista y viceversa, claro que el pelinegro lograba disimularlo un poco mejor que tú, pero aun así, ese rostro acongojado por el miedo seguía ahí presente.

Había una conexión especial, Nobara lo sabía bien, la cercanía entre ambos era mayor a la de cualquiera, Fushiguro no dejaría que ella o Itadori se recargaran en su hombro para ver lo mismo en su celular justo como hacías en ese momento, ellos con suerte podían hacerlo si él se quedaba profundamente dormido.

—Ellos dos tienen algo, estoy casi mil por ciento segura —afirmó con la mirada fija sobre las nucas de sus amigos.

—¿No el máximo es cien por ciento? —Preguntó Itadori.