-cuello-

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Caminaba de un lado para el otro en el gran salón, no estaba nervioso pero sí avergonzado. Su madre había preparado toda una fiesta por su reciente aceptación experimental de Hextech. Ver a toda esta gente que conocía desde que era pequeño y caras nuevas de altos puestos en Piltover le hacían sentir como un niño . No se sentía del todo cómodo, solo quería comenzar con sus proyectos y poder avanzar rápidamente, conseguir respuestas.

—Hijo, deja de dar vueltas como si fueras un invitado más, eres el festejado hoy, habla con la gente y diviértete, ¿Por qué no vas a bailar con Caitlyn? Que muchacha tan agradable, ya es toda una mujercita omega...—Le dijo su mamá mientras le tomaba el brazo.

Hizo una mueca disgustado y tomó una copa de vino de un camarero que iba pasando.

—Mamá, basta por favor. Ella es solo mi amiga, casi mi hermana pequeña, no hagas esto mas difícil, ya lo habíamos...

Sus palabras murieron en su boca cuando miro quien entraba por una de las puertas del salón. Era su colega y nuevo compañero Viktor, aquel muchacho que hizo todos sus sueños posibles. Sonrió con todos sus dientes y caminó, ignorando el disgusto de su mamá.

—Viktor, que bueno que llegaste, pensaba que no lo harías.

—Si, yo también pensaba lo mismo, pero el profesor Heimerdinger insistió en que conviviera...socialmente.—contestó mientras volteaba nervioso para todos lados.

—Me alegra que estés aquí, te ves muy bien.— dijo sin pensarlo, pero no se sintió avergonzado.

El más pequeño estaba vestido con un traje blanco con arreglos en dorado y rojo vino, que combinaba con su camisa, su cintura se veía muy estrecha y le invitaban a tocarla, se preguntó brevemente si debajo de eso había un corset omega... ¿Viktor era omega?

—Gracias, tu... te ves igual.—sonrió juguetón su compañero.

Jayce soltó una pequeña risa, saboreando el sarcasmo de su ahora amigo.

—Buenas noches a todos nuestros invitados, en nombre de la familia Talis y mi brillante hijo, les damos la bienvenida, gracias por estar aquí para ver el comienzo de una nueva era. Hijo mío, ¿nos das el honor de abrir la pista de baile?

Jayce sonrió a hacia su madre, a pesar de que le mando un revoloteo en su mirada hacia la parte de atrás donde estaba Caitlyn. Evitó las ganas de girar los ojos y siguió sonriendo mientras dejaba su copa ahora vacía y giraba sus pies hacia un serio Viktor.

—Pues ya esta.—Dijo mientras tomaba la mano de su compañero.

Se escuchó un leve jadeo casi imperceptible en el salón. Viktor estaba en shock y aprovechó aquello para poner el bastón del contrario en la columna junto a ellos. Con una gracia casi natural, guió a su pareja en medio de la pista, tuvo que hacer un pequeño esfuerzo para poder balancear el peso de Viktor y el suyo para cuando el vals comenzó, fue muy suavemente, evitando que su pareja se cansará de más.

—¿Que haces, tonto?— Le preguntó Viktor mientras lo miraba a los ojos.

—Bueno, creo que mi primer baile con mi nuevo socio es lo más adecuado. Sin ti, ahora mismo no sé... donde estaría.

Viktor se sonrojo y retiró la mirada avergonzado.

—Mira como nos miran. Tu madre no quería esto, obviamente. Nadie en realidad.

—¿Y? Ya no soy un niño.

—Pues lo pareces.

—No importa, además alguien no está tan enojado con esto, mira al profesor Heimerdinger.

Viktor volvió a ver a su mentor, que en ese momento aplaudía feliz por la música y el baile. Río bajo mientras agachaba la mirada de la vista de Jayce, recargándose un poco por un lado del pecho, dejando a la vista su blanco y largo cuello.

Jayce trago grueso, desde esa altura podía ver las pecas que se perdían bajo la espalda de su compañero. El aroma que le llegó lo hizo marearse un poco, para no soltar a Viktor, lo tomó de la cintura más fuertemente. Comprobando que su socio era un omega, sentía bajo sus dedos el corset que había imaginado cuando lo vio llegar, no solo eso, pero en su cuello palpitaba aquella vena extra que tenían los omegas, donde pertenecía la mordida de emparejamiento. Desde ese hermoso cuello salía el olor de ¿hierbabuena? No, menta. Luego uno le acompañó a continuación, chocolate, delicioso chocolate. No pudo evitar aspirar fuertemente, haciendo que su pareja de baile se removiera un poco.

—Lo siento. No era mi intención.

—Creo, creo que es suficiente baile por hoy. Yo...

—Espera.—le susurró Jayce, afianzando su agarre a esas pequeñas caderas.—Pronto se acabara la canción, me gusta terminar lo que empiezo.

—Muy profesional de su parte señor Talis.— contestó asertivamente Viktor mientras regresaba a su posición en el pecho del más alto.

Cuando terminó la balada, inconscientemente gruñó cuando el otro se separó de él, suerte que no era escuchado por nadie, pues ya todos estaban bailando el siguiente vals. Con cuidado guió a Viktor al pilar para recoger su bastón.

—Eres muy buen bailarín Viktor.—le dijo acercándose a la oreja del nombrado y viendo detenidamente de nuevo ese precioso cuello.

—S-si, aprendí un poco hace tiempo.

Viktor se alejó un poco de él cuando sintió el aroma del alfa muy cerca.

—Voy a ir a...tomar el aire.

Jayce miró detenidamente a su socio irse entre las personas al balcón más cercano. Con cuidado tomó una nueva copa de vino que un mesero traía en unas charolas, su nariz paseo con cuidado en el olor, arrugando su labios por el los tintes frutales de esta. Dejando la copa aun lado, se dirigió a donde aquel cuello con la forma y el olor más exquisito se habían ido.

*Imagen por ariespsyche

-OMEGACEMBER- Jayce/ViktorTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang