Y wow...

Piel pálida y piernas estiradas, un gruñido ronco y un aroma penetrante, todo al mismo tiempo consiguiendo que Louis pierda la paciencia.

Maldito humano y sus preciosas-raras marcas en la cara, su cabello tan largo, y Louis podría apostar a que es tan suave como parece, sus palabras tan delicadas y correctas, su manera en que cree que todos pueden ser amigos de todos.

Maldito humano.

Y con un último tirón eso es todo lo que se necesita para que abra los ojos y maldiga en voz baja.

De vuelta a la realidad, no es tan diferente a como había iniciado antes, excepto que esta vez claro, el humano está justo a su lado.

Difícilmente sale un poco del agarre del humano y comienza a regular su respiración.

Sale de la habitación y llega a un rincón escondido entre dos racimos de hierbas. Se esconde detrás y se alcanza con la mano temblorosa.

Debería darle vergüenza, pero es difícil pensar en cuán avergonzado está cuando solo le toma un par de minutos terminar.

Cuando regresa, después de haber lavado sus manos, se acomoda el cabello, y se limpia el sudor de la frente. Respira hondo un par de veces y se sienta de nuevo en la cama.

Un par de minutos largos después, Harry hace un sonidito y luego está despertando casi de golpe.

— Dios lo siento... Yo lo siento Louis— ríe nerviosamente, sentándose y pasándose las manos por la cara.

Louis también se ríe.

— Descuida humanito— dice con una sonrisa. La cara de Harry está demasiado roja y muerde furiosamente su labio— Estabas algo pesado, pero puedo manejarlo.

Louis hace un guiño, no queriendo hacerlo realmente, pero así se ve.

— Necesito volver a Testian, es muy tarde y debo ir al trabajo para que Zayn no se dé cuenta, para que Basti no se dé cuenta— comienza a murmurar.

Harry sigue sus pasos, hasta que llegan a la sala de estar, donde Esmer está sentada, con un libro entre las manos.

— Hey chicos, buenos días, ¿durmieron bien?— pregunta ella con voz suave.

Louis asiente con una sonrisa complacida y Harry lo imita.

— Debemos irnos ahora, mi hermano se dará cuenta si no estoy ahí para recoger la tierra.

— Está bien está bien, pueden irse, pero deben prometer que van a volver aquí a visitarme.

— Claro, en algún otro momento quizás— se apresura a decir Louis.

Ellos se encaminan hasta la entrada de la cueva, pero el morgle se frena en seco cuando puede ver a la gigante criatura recostada con absoluta docilidad, respirando pesadamente, y sosteniendo lo que parecen ser los restos de un pedazo de tronco, entre sus garras.

El humano se choca contra él cuando este se detiene.

— Lou— se interrumpe a sí mismo cuando su mirada va directa hacia la ardilla recostada.

— Tranquilos, ella no les hará nada, lo prometo— grita Esmer, desde las rocas que conducen a la profundidad de la cueva.

La ardilla parece aturdida por el sonido, así que abre los ojos alerta y se queda mirando hacia las dos criaturas frente a ella. Gira el rostro unos centímetros, antes de que Harry esté poniendo a Louis detrás de él nuevamente.

El morgle bufa molesto. ¿Acaso este humano cree que aún es enorme? ¿Aún cree que puede cuidar a Louis, como si él no pudiese cuidarse solo?

— Tranquilo Louis— le dice el humano mirando encima de su hombro. Louis rueda los ojos y se aparta de Harry comenzando a caminar hacia la salida.

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