❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]

¹¹| 𝚃𝚒𝚎𝚖𝚙𝚘 (²)

— No estoy celoso. —Aseguró con seriedad.

— ¡Papá! ¡Teno hambe! —Apareció James, jalando una parte de su sudadera.

— ¡Yo tamben! —Se unió Adrian acercándose a Víctor.

— Bueno, creo que ya es hora de volver a casa. —Mencionó cargando a su hijo— Ven Mikaela.

— ¡Sí! ¡Adiós Adi! —Sonrió moviendo su mano de un lado a otro.

Todos están en su respectivo lugar, el rector de la facultad ya está frente a nosotros en su pódium. No puedo evitar sentirme ansioso; mis manos sudan y siento mi boca más seca de lo habitual.

Hoy era mi graduación de la universidad.

Apenas escuché mi nombre, me levanté de inmediato, en una pose firme como un militar.

Caminé con un miedo a tropezarme y hacer el ridículo, como solía pasarme.

Cuando por fin llegué, aquel hombre mayor que me enseño tantas cosas durante estos cinco años me mostró la mejor de sus sonrisas y me entregó el pedazo de papel por el cual tanto me esforcé.

Mirando al frente contemplé fijamente a los mejores amigos que he tenido, que me han acompañado tantos años y hemos pasado incontables momentos juntos.

Ellos me sonríen, y burlonamente me silban.
Mis pequeños están junto a ellos, cada uno subido sobre los hombros de alguno de ellos para poder visualizarme.

Mi pecho se siente cálido al ver sus sonrisas y emoción.

Esta es una etapa importante en mi vida...
Y tu no estás...

¿Mentiría si te dijera que aún con todo esto, no soy completamente feliz?

No me malentiendas estoy feliz, pero, una leve sensación de vacío se mantiene en mí.

Ese pedacito de corazón de abandoné contigo, que se formó cuando aquel día alguien se acercó a mí y tenía un sentido del humor muy extraño. Desde que llegó, todo a mi alrededor cambió.

Conocí nuevas personas.
Nuevas sensaciones.
Nuevos sentimientos.
Miguel Bernal, espero algún día volver a verte.

— López, te hago entrega de tu título, solo me queda desearte grandes éxitos. —Habló el hombre a mi lado, sacándome de mis pensamientos y notando los flashes de las cámaras de mis amigos. Me susurró— Es hora de tu discurso.

— Uh, sí, gracias. —Se hizo a un lado y tome una mejor postura.

Aún con el nerviosismo invadiéndome por dentro, pude hablar sin tartamudear y todo salió bastante bien.

Al llegar a casa solo con mis hijos, pude notar lo grandes que estaban. Ya pronto cumplirán cinco años.

Y conforme crezcan se darán cuenta de la mentira...

Querrán saber sobre su papá.

Buenas, ¿Qué les pareció?

Se les quiere, cuídense y tomen awua <3.