º¹| 𝙴𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘

913 87 32
                                    

Todos entraron al consultorio, por último el Alfa castaño cerrando la puerta detrás de él e invitando al Omega a tomar asiento en la silla frente a su escritorio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Todos entraron al consultorio, por último el Alfa castaño cerrando la puerta detrás de él e invitando al Omega a tomar asiento en la silla frente a su escritorio.

Ambos niños quedaron fascinados al ver lo espacioso y cálido que era el consultorio. Tenía un escritorio, otra mesita, al rededor habían juguetes y peluches en los estantes. También una encimera, al lado de esta cajones con herramientas médicas. No dejaban de mirar a todos lados.

— Los niños pueden sentarse en la mesita de allí y entretenerse con los juguetes —Dijo amablemente el castaño.

— James es un poco desordenado, no quisiera causar problemas —Objetó el menor mirando a su hijo, quien estaba sentado junto a su hermana.

— No, no, no te preocupes, yo me encargaré de limpiar, después de todo es mi trabajo —Aclaró observando el rostro de felicidad de ambos niños, sonriendo igual.

— Humm...esta bien —Aceptó Javier escuchando la celebración de sus hijos.

Después de ello, entre los dos adultos se formó un ambiente un tanto incómodo. Ninguno sabía cómo sacar el tema, desde hace años no se habían visto ni mantenido contacto. Sería mejor empezar por allí.

— Y...¿Cómo te ha ido Javi? —Pronunció Miguel aún en duda de sus palabras— Siguen diciéndote Javi ¿no?.

— No, aparte de ti eran mis padres, pero ellos fallecieron hace tres años —Mencionó serio.

— L-lo lamento mucho..—Se disculpó golpeándose mentalmente por ello.

— No te preocupes, ¿Y cómo le va al pediatra? —Preguntó descansando sus codos sobre la mesa sosteniendo su rostro con ambas manos.

— Bueno, cuando termine la Universidad y ya estaba certificado, comencé a colaborar con diversos hospitales. Mi contrato con este dura tres meses, y recién empece ayer —Sonrió un poco.

— Entonces al final si lograste tu meta, eh —Aludió el azabache, ante la confusión del mayor, continuó— Desde la secundaria decías que querías un trabajo donde ayudaras a los más jóvenes.

— Sí, me sorprende que aún lo recuerdes —Dijo observando atentamente al menor, de alguna manera, estaba feliz de haberlo encontrado.

— Miguel, recuerdo todo de aquella época. Y hablando de ello...creo que ya es mi turno de explicar —Murmuro lo último bajando un poco la mirada.

— No te quisiera presionar, pero Javi, realmente tengo curiosidad —Enfatizó comenzando a jugar con sus manos.

Rápidamente Javier se dio cuenta, y sintió nostalgia de que ese hábito de él, aún se mantenía.

— Lo sé, lo sé —Suspiro— Ya empiezo..

Mientras tanto, desde el momento que los adultos empezaron su diálogo. Un par de miradas desde otra mesa estaban atentos a sus movimientos, sin poder escuchar de que hablaban y sin saber leer los labios.

— Hermana, ¿De qué están hablando? —Cuestionó el pequeño azabache, jugando con unos carritos.

— No lo sé, jamás había visto a ese hombre —Respondió bajo la castaña, acomodando unos cubos según los números y letras que tenían en cada lado.

— ¡Parece que es buena persona, nos prestó sus juguetes! —Sonrió rodando los carritos y con uno, golpeando y derrumbando los cubos— Ay...lo siento.

— No te preocupes, de todas manera estaba mal, había confundido el seis con el nueve —Comentó levantando los hombros con simpleza y volver a ordenarlos.

— Hermana...tengo hambre —Mencionó impaciente, comenzando a jugar con sus manos.

— No podemos interrumpir a papá.

— Lo sé, pero tengo hambre...—Esta vez empezó a balancear sus pies.

La castaña suspiro rendida, sabía lo impaciente e hiperactivo que era su hermano. Aún no llegaba a ese nivel extremo, así que era capaz de controlarse. Y ella lo ayudaría.

— Esta bien, anda a comprarte algo —Saco del bolsillo de su sudadera un par de monedas y se las entregó.

— ¿No me vas a acompañar? —Interrogó levantándose y guardando las monedas en el bolsillo de su pantalón.

— La persona que tiene hambre eres tú, no yo —Contestó seria.

— P-pero ¿y si me pierdo? otra vez...—Balbuceo comenzando tartamudear.

— Ya, ya, no te pongas a llorar. Ire a decirle a papá —Dijo dándole leves palmaditas en la cabeza, levantándose y caminando hacia su padre.

El Omega azabache, quien se mantenía en silencio después de aclarar que empezaría. Seguía inseguro y nervioso ante la mirada fija del castaño sobre él.

Hasta que sintió un pequeño tirón en su sudadera. Dirigiendo su mirada hacia esa dirección, encontrándose con su hija.

— Cariño, ¿Qué pasa? —Preguntó suavemente agachandose un poco.

— James tiene hambre —Fue lo único que dijo.

— Oh, ya veo...

— Ejem —Aclaró su garganta Miguel sacando de su casillero un par de galletas con chispas de chocolate, ese iba a ser su almuerzo— Tengan, se las regalo.

La castaña los recibió con brillitos en sus ojos y una pequeña sonrisa— Muchas gracias.

— Gracias Miguel —Agradeció el azabache observando como su hija se iba alegre hacia su hermano.

Adiós almuerzo... Pensó el alfa, despidiéndose.

— No es nada, y ya deberíamos avanzar.

— Sí...de seguro tienes más pacientes.

— No, no, mi última cita canceló hace unos minutos. Me refería a la hora del almuerzo —Sonrió avergonzado— Pero todavía faltan dos horas.

Javier solo rodo los ojos, y se preparó internamente.

— Esta bien —Suspiro— Volvamos muchos años al pasado. Espero recuerdes todo.

— ¿Al pasado?

Y así, Javier comenzó su relato. Desde el momento en que se conocieron hasta la última vez que se vieron.

Antes de que él desapareciera.

Hola :D

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hola :D

¿Qué les parecio?

Lo siento por la demora:(, pero ya llegué.
Si hasta la tarde tiene apoyo, subiré otro capítulo,, De hecho ya lo tengo listo.

Se les quiere, cuídense y tomen awua <3

❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]Where stories live. Discover now