Ep. 57

664 71 18
                                    

Se paseó más veces de las que pudo contar durante ese corto lapso de tiempo, pero al fin estaba frente a ese casillero. Llevaba un cuarto de hora rondando por ese pasillo que temía que alguien llamara al director por ver a una alumna sospechosa en medio del pasillo.

Tenía que darse prisa antes de que más alumnos llegaran, antes de que Martina la viera y la descubriera y armara una teoría loca del por qué no le había dejado ninguna nota.

Sus manos estaban sudando y su corazón estaba acelerado, tomó varias respiraciones profundas y se secó las manos con la tela de su pantalón antes de descolgarse la mochila y buscar la nota o más bien tipo carta a Marti, ya que se había extendido como para requerir menos de una cuartilla de hoja. Había tratado de reescribir la nota que había redactado anteriormente, pero para su buena o mala suerte, se había dejado explayar y había terminado con una hoja en vez de un post it.

Ayer en la tarde había ido a la casa de Rama a pedir ayuda, el primo de Angie sabía todo lo que había pasado, desde su confesión fallida, hasta las notas que dejaba y Martina le contestaba, Ramiro sabía cuan importante era para Lourdes mejorar su ortografía, por eso cuando Lourdes fue a su auxilio, éste no pudo negarse.

Soltó una gran bocanada de aire tomando el impulso de valor y acercó su carta a la rendija del casillero, sin embargo cuando la iba a dejar deslizarse vio una nota que sobresalía de aquel lugar, frunció el ceño confundida, no recordaba haber dejado una nota con anterioridad.

Bajo la mano donde tenía su carta y agarro la nota, cuando la leyó no supo si sentirse emocionada o mal.

Lourdes estoy un poco preocupada, ya que no recibí ninguna nota tuya, aunque quiero creer que alguna de nosotras ha sido despistada y ha perdido la nota, y no que es porque no has querido escribirme.

Pdt: Espero que te encuentres bien.

Pdt2: Si de algo sirve, extraño hablar contigo.

Atte: Martina.

Martina, su querida crush la extrañaba, tal vez no le decía que le gustaba, pero el hecho de que la extrañara era algo muy bueno, ya que decía que era parte importante en su vida. Una sonrisa jugó en sus labios sin poder evitarlo, fue lo que necesito para alzar el brazo y deslizar la carta en el locker, pero una voz la dejo petrificada en su lugar.

—¿Vas a dejarme mi carta o me tendrás esperando por más tiempo?

De Herrores y Orrores - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora