CAPITULO 3

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Thomas

Me desperté con mucho calor, mire a Arya sobre mí, no sé en qué momento nos quedamos dormidos, creo que las caricias nos relajaron mucho.

Estaba por despertarla porque de verdad moría de calor y era el cuerpo de ella el que estaba emanando ese calor. Pero me detuve cuando escuché que murmuraba algo y... ¿Un gemido? No puede ser, estaba teniendo un sueño húmedo.

Sonreí divertido, pero mi sonrisa calló cuando volvió a balbucear.

— Aah... si... Thomas así.. — trague grueso, estaba teniendo un sueño erótico conmigo. La sentía suspirar y gemir sobre mí. Cerré los ojos, me estaba poniendo duro, no podía hacer eso, ella está dormida no eran voluntarios los sonidos.

— Ary... — comencé a despertarla, por suerte no tardó mucho.

Levantó la cabeza y me miró directo a los ojos con la respiración agitada, tenía sus hermosos ojos oscurecidos. Trague grueso.

— Creo que tenías un sueño... — me aclaré la garganta, tenía la voz ronca.

Se tensó y se sentó rápido en mi entrepierna, mala elección estaba duro como una roca. Se movió más arriba rozándome. Cerré los ojos por el pinchazo de placer que ese movimiento me causó.

—Yo... perdón no — estaba roja de la vergüenza sentada sobre mi abdomen.

— No es tu culpa, es un calambre porque recién me despierto - mentí. - Yo también me dormí. —. Apoye mis manos en sus muslos. La vista no ayudaba a bajar mi problema. Verla a horcajadas sobre mí, con la vista oscura por el deseo y el pelo alborotado.

— Me voy a cambiar— salió casi corriendo a la habitación.

Sonreí, qué mierda acababa de pasar, un suspiro salió de mis labios y me tuve que ir al baño a arreglar mi problema.

Fui a la habitación, la puerta estaba cerrada. Golpee.

— Pasa...— se estaba poniendo las zapatillas sentada en la cama.

— Siento lo que pasó antes Ary, no quiero que te sientas incomoda conmigo.— no me miraba solo estaba atenta en atar sus zapatillas.

La asuste. ¡Mierda se va a ir!

— Está bien Thomas, no me siento incomoda, lo que pasó es algo... algo que no pudimos controlar — ¿Estaba admitiendo que también estaba excitada? — Así que tranquilo no hay por qué disculparse.

— ¿Te puedo pedir un favor?

— Si — su tono nervioso no me pasó desapercibido.

— ¿Puedes quedarte unos días conmigo?

— Em nose si eso es bueno para nuestra amistad — la mire sin comprender, acaso ella sentía lo mismo que yo cuando estábamos cerca. Me hizo un gesto para que me sentara junto a ella en la cama. — Yo... tengo pesadillas. — bajo la vista a sus manos. Estaba hablando de su ataque, era la primera vez que lo hacía.— No sé si ayer las tuve. — me miró y negué con la cabeza. — Oh, pensé que por eso me despertaste, Alice tiene que despertarme casi todos los días.

— Te desperté por que no me aguantaba no acariciar tu cara de paz. — le sonreí para que se relaje. Aunque la cague con mi pregunta. — ¿Son sobre ese día?— tenía ganas de golpearme ni bien termine de hablar.

Ella se levantó y pensé que se iba a ir pero se subió a la cama y se sentó detrás mío abrazando mi cintura. Apoyó su frente en mi espalda.

— Es más fácil contar la historia cuando no te ven a los ojos. — me quedé muy quieto y en silencio, no sabía como reaccionar iba a contarme lo que pasó. — Yo vine un fin de semana antes de que empiece el semestre, para poder instalarme tranquila. — sentí su agarre más fuerte en mi cintura y puse mis manos arriba de las suyas. Suspiro y se relajó.— Las primeras horas fueron tranquilas, ordené mis cosas, conocí a mi compañera, estaba muy emocionada. Mi compañera sugirió que vayamos a una fiesta de bienvenida que daba una fraternidad. Claro que acepte salir con una desconocida como una idiota.— su voz estaba cargada de reproche ella creía que era su culpa, estoy seguro.— La fiesta fue igual a cualquier otra, llena de gente ebria y música a todo volumen. Ya era tarde, no se cuanto estuvimos ahí, pero ya me quería ir, no había tomado nada aunque Sofía insistía en que lo hiciera. — se quedo callada muy quieta, iba a girarme pero me apretó fuerte contra ella, le di su tiempo para continuar. —Nunca pensé que volvería a decir su nombre... Ella hizo que la acompañe arriba a buscar algo que supuestamente olvido, yo fui sin ninguna precaución, llegamos a la dichosa habitación y entré tras ella, sentí la puerta cerrarse y todo quedó oscuro hasta que la luz se encendió y había tres hombres más ahí. — su voz se rompió.

ARYA [+18](EN PROCESO)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt