Capítulo 1

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SORA

Capítulo 1

El reloj comenzó a sonar y le metí un golpe para apagar la alarma. Era casi la hora de inyectarme mi ración diaria de Aleradriel, un nuevo fármaco que habían desarrollado los laboratorios que ralentizaba la deformación de mis músculos, ya bastantes afectados por el ELA. Alargaría mi vida quizás hasta los cuarenta o si tengo suerte quizás hasta los cincuenta años, pero me esperaba un camino lleno de sufrimiento, dolores y lucha.

Yo soy, lo que consideran en la sociedad del siglo XXXIII, un error del sistema de incubación humana y por ello siempre había sido visto como algo inservible, inútil; era sencillamente un «desecho». Al menos ese era el «Sora» que constaba en los papeles, a quién todos conocían y amaban, en cambio, era una persona famosa por poseer una prodigiosa voz. Gracias a esto me había podido pagar los costosos tratamientos para mi enfermedad que se debía, sobre todo, a que no había casi oferta ni tampoco demanda.

Desde luego he tenido demasiada puntería. De los cincuenta millones de personas que vivíamos en todo el planeta tierra y, por si fuera poco, usando la incubación humana, pues a pesar de todas las medidas a mis genes les habían dado por revelarse contra mí. Era casi una especie de broma, pero que no tenía nada de gracia, la verdad.

Archymeda, nuestra líder robótica suprema, fue la que implantó este maravilloso sistema que en términos generales funcionaba perfectamente, si no contamos a los que son como yo, los mutantes. Por eso somos considerados «desechos» del sistema y por ello hay hasta grupos que nos persiguen. «En pleno siglo XXXIII aún sigue habiendo gente que parece que no haya evolucionado más allá del homo sapiens, pero en fin...me estoy desviando del tema».

Me llamo Sora Makoto Ruiz-Arana. Soy una persona no binaria cuyo linaje está entremezclado entre el japonés y el español, y como el resto de los habitantes de Sapiensápolis, nací de una probeta de ensayo a partir de los genes de mis dos progenitores y me desarrollaron en una especie de cápsula artificial hasta que nueve meses después nací. Poco después me entregaron a mis progenitores y estuve bajo la supervisión de un androide, a la que yo cariñosamente llamaba Paula, hasta que al cumplir tres años ingresé en la escuela designada por el gobierno. Estuve en el mismo colegio hasta los dieciocho años, a esa edad tomé las pruebas que hace el gobierno al alumnado para averiguar qué camino es mejor dependiendo de la aptitud del mismo.

En mi caso me enviaron hacia la rama de artes, dónde descubrí mi pasión por la música y como consecuencia me llevó hasta dónde estoy ahora. Durante mi infancia sentía un miedo atroz a abrirme emocionalmente con los demás, supongo que era debido a que al cumplir los nueve años mi madre murió en un accidente.

Aun así, tuve una adolescencia más o menos normal, sobre todo como consecuencia de que la implantación de la incubación humana; junto a una educación, supervisión y un gobierno eficaz; había llevado la abolición del género.

Por supuesto, aún seguía habiendo algunas personas malas, que cometían delitos, pero era algo totalmente esporádico y la mayoría de las veces se debía al estrés o a que estaban descontentos con su clase social. Debido a cómo está estructurada la sociedad prácticamente todas las personas aceptaban sin problemas la existencia de las personas no binarias, cambios de género y sexo, así como el resto de orientaciones sexuales y colores de piel. Asique era un lugar bastante idílico... Si no tenías ninguna enfermedad; claro. Esa era la única problemática social real que había en la actualidad.

La pederastia y la endogamia no eran aceptadas, por supuesto. Estas solían ser corregidas de los cerebros de los sujetos con una serie de implantes y a los que no les funcionaba se les internaban en instituciones. Lo mismo sucedía con las personas que violaban, asesinaban, maltrataban o cometían algún tipo de delito muy grave. Habían fallado a un sistema perfecto con sus acciones por lo que, incluso si consiguieran reconfigurar su mente; cosa que a pesar de todas las terapias a las que eran sometidos jamás sucedía; la sociedad jamás les perdonaría, probablemente por eso ninguna de las terapias funcionara. Su destino estaba ya escrito en cuanto cometieron esos atroces crímenes. Posiblemente penséis que es un sistema perfecto. ¡Pero si hasta te encuentran pareja! No es que el sistema no te obligaba a elegir pareja, no obstante, podías registrarte como persona soltera, poner tus preferencias en el sistema y este en apenas unos días te solía encontrar a alguien. Yo lo he utilizado en un par de ocasiones, pero ninguna de las personas que eligió el sistema estaba dispuesta a tener una relación con un mutante.

Sora's Memories [Fic's Kingdom Heart+SAO]Where stories live. Discover now