VEINTICUATRO

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Respiro por la boca y me tiembla todo el cuerpo, Kageyama me da un ligero apretón en el hombro y hace un asentimiento de cabeza, dándome un poco de confianza

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Respiro por la boca y me tiembla todo el cuerpo, Kageyama me da un ligero apretón en el hombro y hace un asentimiento de cabeza, dándome un poco de confianza.

—Calma, Tsukishima —yo cierro los ojos y asiento—. Te aseguro que a Yamaguchi le gustará la flor. Solo dásela.

Vuelvo a asentir, suspirando de nuevo y dándome valor para caminar hasta a él y darle este tulipán rojo con la carta. Estoy nervioso, y hasta cierto punto tengo miedo, no sé cuál será su reacción. Pero me tengo que arriesgar.

Abro los ojos y miro al frente, mi cuerpo aún tiembla, pero en mis labios se forma una ligera sonrisa. Kageyama sonríe un poco, para después darme otro apretón en el hombro y decirme:

—Suerte.

Se dio media vuelta y sube las escaleras. Cuando lo pierdo de vista, de nuevo miro al frente, tomo una gran bocanada de aire y comienzo a caminar.

Mientras más camino por el pasillo, escucho un poco de bullicio, en especial a chicas chillando de algo -al parecer- muy romántico y lindo. Camino más rápido y hay un poco de personas enfrente del casillero de Yamaguchi... ¿Por qué?

Me acerco más y veo como Osamu estaba ahí de pie, con un ramo de rosas rojas en mano y una gran sonrisa en boca. ¿Qué carajos está haciendo?

Las chicas chillan más fuerte y ven hacia la entrada, yo también lo hago, y veo que ahí está parado Yamaguchi, con Hinata a su lado. Mi pequeño tiene un brillo en sus ojos y se tapa la boca con sus manos, está sorprendido. Osamu camina hacia a él y le tiende el ramo de rosas, Yamaguchi las toma con un gran sonrojo en sus mejillas y una tierna sonrisa en sus labios.

Duele ver cómo otro se está ganando su amor.

Mi quijada se tensa y yo sigo viendo hacia al frente, mientras que mi mano, con el tulipán, caen a mi costado, tratando de esconder mis sentimientos.

Osamu se acerca más a Yamaguchi, lo toma por la cintura y le susurra algo al oído. Yamaguchi se sonroja más y se muerde el labio mientras desvía la mirada. ¿Qué fue lo que le dijo?

Yo decido ya no ver, al sentir mis ojos agrietarse. Aprieto mis puños y muerdo mi lengua, siento el sabor de mi sangre y dejo de hacerlo. Me doy media vuelta y camino hacia el baño.

Entro en él y dejo el tulipán en el lavamanos, mientras que abro el grifo y me echo un poco de agua a la cara. Lo hago dos veces más, hasta que escucho como alguien entra. Levanto la mirada hacia el espejo y veo a Hinata recargado en la puerta de los sanitarios con los brazos cruzados atrás de mí.

Él levanta un poco su cabeza y chocamos miradas, me mira de manera burlesca y su sonrisa me lo comprueba.

—¿Qué es lo que quieres? —le pregunto de manera brusca, sin voltearme, aun sintiendo la sangre en mi boca.

Hinata de pronto quita su sonrisa para cambiarla a un semblante serio y ponerse rígido en su lugar.

—¿Por qué aún sigues buscando a Yamaguchi? —me pregunta con su voz dura.

Yo, simplemente me lavo  de nuevo la boca, para quitar mi saliva y sangre; para después cerrar el grifo.

—Eso no te incumbe —sueno cortante, pero menos me importa como haya salido el tono de mi voz.

Me volteo con el ceño fruncido, recargándome en el lavamanos, para después retarlo con la mirada.

—Claro que me incumbe sí es de mi amigo de quién se habla —miro como su quijada se tensa con cada palabra que sale de sus labios—, así que te pido que no lo busques —y de pronto una sonrisa de nuevo se forma en su rostro—. Como ya viste, él y Osamu pronto serán novios, así que no te metas entre ellos.

Y  caminar hacia la salida, pero antes de que pudiera tomar la perilla, yo hablo.

—No me puedes decir qué hacer y qué no —en este momento ya siento mi sangre hervir en furia—, porque este no es problema tuyo. Comprendo que quieras cuidar de Yamaguchi, pero esto es algo que debemos hablar él y yo. Y te acepto aquí y ahora que cometí un error, pero estoy haciendo lo posible para que Yamaguchi me perdone. Y ya no es mi problema si estás de acuerdo o no, yo haré todo lo que tenga en mis manos para que Yams vuelva a ser mi novio, porque ni tú ni nadie me puede impedir esto.

Hinata en ningún momento voltea a verme, solo ve como tomaba con fuerza la perilla.

—Te lo advierto, Kei —en ese momento se voltea y camina hacia mí, me toma por la camisa y me estrella contra una pared—: Yamaguchi ya no merece que lo lastimen, y tú lo estás volviendo a hacer con tus estupideces de querer estar con él. Deja de ser un puto egoísta y piensa en él; déjalo ser feliz. Yamaguchi ahora tiene a 'Samu.

Vi dolor en sus ojos, pero poco me importa. Yo lo tomo también por su camisa e invierto las posiciones, ahora el contra la pared.

—Y creo que tú no me escuchaste —digo entre dientes, teniendo ya muchas ganas de golpearlo—. Dije que ni tú ni nadie puede impedirme esto.

Lo empujo, al momento que lo suelto, todo lo que tengo que decir lo dije. Nos dimos una última mirada y yo soy el primero en salir. Cuando estoy afuera, choco con alguien, iba a gritarle que se fijara, pero las palabras no salen al ver que es Yamaguchi.

—Lo siento —escucho que dijo, teniendo en sus mejillas un ligero rojo y, entre sus dientes, su labio.

Veo como abraza con un poco de fuerza el ramo de rosas contra su pecho. Eso me enoja un poco más de lo que ya estoy, por lo que simplemente me voy de ahí lo más rápido posible.

Esto es una total mierda, todo se está saliendo de mis manos; tengo obstáculos muy grandes. Pero no importa, porque yo los afrontaré.

Desde un principio sabía que esto no sería fácil. Y que tengo que pasar por mucho para que pueda estar con Yams de nuevo.

Ahora es momento de que me vuelva fuerte.

Tercer paso para el perdón de Yams: Afrontar los obstáculos.

Gashina | TsukkiYamaKde žijí příběhy. Začni objevovat