Capítulo 20: Una Walk no llora.

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Incluso después de toda esta mierda sigo de pie,

Por que una princesa no llora.

CARYS (The princesses dońt cry)


—Solo déjenme verlo. ¡Por favor sólo déjenme verlo!

Gritó Ada Luchando con los hombres que la sostenían a la cama.

—Papá te lo suplico solo déjame verlo una vez. ¡Maldición!.

El parto había sido doloroso, pero cualquier dolor físico que hubiese sentido se esfumó al escuchar las palabras de su padre.

"Llévense al niño"

Ada olvidó cualquier dolor. Luchó por levantarse de la cama. Luchó contra los hombres que la sostenía, les arañó los ojos y los mordió donde pudo pero eran demasiado para ella. Aún así no paró de gritar, su garganta se desgarró mientras suplicaba.

—Papá por favor. ¡Solo quiero verlo una vez! ¡PAPÁ!

Su padre que estaba de espaldas a ella con su hijo en brazos se detuvo en la puerta al escuchar sus gritos pero no se volvió. Su amplia espalda le impidió ver al niño en sus brazos.

—Por favor.— suplicó de nuevo. Los hombres la sostenían con fuerza haciéndole daño pero no le importó.—Solo quiero mirarlo. Aún que sea a la distancia.

—Si lo miras, aun que sea a la distancia te encariñaras con él. No voy a tolerar que vayas por la vida persiguiendo un niño que solo traerá problemas.

Derek Walk salió de la habitación dejando tras de si esas palabras.

Ada perdió el control.

Comenzó a gritar como nunca en su vida lo había hecho. La doctora que había asistido el parto no pudo evitar bajar la mirada con dolor. Era una imagen desgarradora.

—¡No me lo quites! ¡Por favor no me lo quites!

Siguió luchando contra los hombres. Escuchó a uno quejarse de dolor y llevarse una mano al ojo derecho cuando Ada le enterró las uñas ahí. Pero nada de eso fue suficiente.

—¡Me iré, no volverás a saber nada de mi hijo ni de mi! ¡Déjame tenerlo! ¡DÉJAME TENERLO!

Ada se silenció cuando escuchó que la puerta era abierta de nuevo. Era su padre pero su hijo no estaba en ningún lado.

—Es a lo que me refiero, eres codiciosa, hace un segundo solo pedías verlo y ahora ya quieres escapar con él. No puedo confiar en ti Ada.

—¿Dónde esta mi hijo?— preguntó ella mirando a todos lados.

Derek Walk le sonrió con astucia.

—¿Realmente quieres saberlo?

Ada asintió desesperadamente.

—Muy bien, te lo diré. Pero primero vas a demostrarme que eres digna de saberlo. ¿Harás todo lo que yo te diga a partir de ahora.

Ada asintió desesperadamente de nuevo sin comprender del todo la profundidad de esas palabras.

Derek Walk sonrió ampliamente.

—Excelente.— se acercó a la enorme cama en medio de la habitación de su hija.— suéltenla— le ordenó a los hombres que aún la sostenían.

Estos se alejaron al instante.

Derek Walk acercó una mano al rostro de Ada y limpió una lagrima que bajaba por su mejilla.

Ada WalkWhere stories live. Discover now