—Obito-san, por favor...— cerró los ojos, encantada de recibir las calientes caricias del Uchiha, nadie jamás la podría tocar como él lo hacía. Siempre lo amaría, es por eso que desde la primera vez que estuvieron juntos, Hinata se hizo la promesa de que no permitiría que otro hombre la toque. Ella solamente le pertenecía a Obito, así como Obito sólo le pertenecía a ella —Lo prefiero, sólo deseo a Obito-san—

—Estoy en mi límite, Hinata— le susurró cerca del oído, aprovechando ese acercamiento para morder el lóbulo de su oreja y después seguir a su cuello. La joven cubrió su boca por enésima vez, ella también se estaba acercando al cielo.

—Juntos... Quiero hacerlo juntos— y como si los dioses escucharan sus plegarias, pronto sintió como Obito llenaba su interior con una fuerte descarga, ella le siguió segundos después con un grito que el Uchiha cayó con su propia mano.

—Te amo— se recargó un poco sobre ella, todavía sin salir de su interior. Sabía que no debía hacerlo, arriesgaba a Hinata si terminaba dentro de ella, pero la azabache y sus ojos hipnotizantes le hacían perder la cabeza.

—Yo también lo amo— respondió ella de inmediato, su respiración todavía era agitada, al igual que los latidos de su corazón —Nosotros— se corrigió.

—¿Nosotros?— repitió confundido, debido a ello se separó muy en contra de su voluntad, su miembro seguía erecto, señal de que necesitaría una ronda más con su pequeña ojiperla antes de partir a la misión que le encomendó su padre. Serían meses sin verla, así que ambos quisieron despedirse y amarse todo lo que no podrían en ese tiempo.

Hinata se dió la vuelta, acomodando un poco su ropa y evitando ver hacia abajo, no quería que la anatomía perfecta de su amante sea una distracción —Nosotros— colocó una mano sobre su vientre, y fue entonces que el rostro de Obito se iluminó.

—¿Estás embarazada?— su gran emoción fue suficiente para alejar cada temor de Hinata, Obito estaba feliz al saber que su amada esperaba un hijo suyo.

—El médico de Ino lo confirmó, mis síntomas concuerdan a la perfección— sin que Hinata lo espere, Obito se inclinó hacia ella para besarla, arrinconando su cuerpo de nuevo en la pared, tocando su cintura y sus muslos. Pronto comprendió que de nuevo quería tomarla.

—Escapemos juntos, ve a mi hogar con el pretexto de cuidar de Sakura. Quédate con Shisui y ella hasta que yo regrese— le pidió Obito sin apartarse de ella, sostenía sus mejillas con delicadeza y sonreía igual que el primer día que se vieron. Cuando Hinata lo enamoró diciendo que su sonrisa brillaba más que el sol, el comienzo de su amistad fue lindo, y el romance que le siguió tenía sus complicaciones, pero eso no impedía que buscaran ser felices a lado del otro.

—¿En serio escaparemos?— los ojos de Hinata se abrieron más de lo normal, admitía que si decía que iría al castillo de Madara para poder cuidar de la prometida de Shisui, nadie sospecharía de ella. Sakura siempre fue su amiga, era natural que quisiera apoyarla ahora que la Haruno enfermó por culpa de un intento de envenenamiento. Hinata ya había pedido antes ir con Sakura, y nadie en la familia de su esposo se opuso a ello.

—Sí, lo haremos. No puedo faltar a la misión que me encomendó mi padre, pero cuando regrese ya tendré un plan para irnos— le prometió Obito al mismo tiempo que depositaba un suave beso sobre sus labios, ella lo abrazó entusiasmada. Por fin podrían ser felices, ya no debería fingir estar enamorada de otro que no era Obito. El Uchiha acarició su cabeza y sonrió, sabía sin necesidad de escucharlo de parte de ella, Hinata aceptaba huir con él.

—Te estaremos esperando, por favor, regresa pronto— le suplicó Hinata aferrándose a su cuerpo, no deseaba que Obito partiera a una misión tan peligrosa, pero estaba dispuesta a esperarlo y rezar todos los días por su seguridad.

—Te lo prometo— besó la coronilla de su cabeza, rodeando más a Hinata sin importarle estar medio desnudo. Cuando Hinata sintió el bulto que presionaba su muslo, se sonrojó y mordió el labio, de nuevo su deseo de estar juntos crecía.

La puerta se cerró sin que alguno de los dos notara que alguien los veía, ajenos a lo que sucedió, Obito y Hinata se preparaban para entregarse al amor y la pasión en un juego sumamente peligroso, del otro lado de la puerta, el menor de los Uchiha caminaba hacia su habitación y limpiaba sus lágrimas de amargura. Nunca esperó que Hinata lo engañe precisamente con Obito, menos cuando él comenzaba a enamorarse de los pequeños momentos que pasaban juntos. Ella ganó su corazón, no era justo que lo lastime de esa forma.

—Esa pequeña traidora lo pagará— apretó sus manos hasta que las uñas de sus dedos se clavaron en sus palmas, ambos se iban a arrepentir del día que decidieron burlarse de él.

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Notas de la historia:

• Puede contener errores ortográficos.

• Disculpen por estar inactiva,tomen este pequeño prólogo como compensación 🙇🏻‍♀️ la siguiente historia que actualizaré es "El ángel de los Uchiha", todavía me falta editar pero espero tenerla lista pronto :'3

• Creo que es obvio quien es el esposo de Hinata, ¿No? xd 
Pregunta, ¿Imaginan como fue que terminaron así?

• Esta historia será una mezcla de presente/pasado, con la sinópsis imagino que se pueden dar una idea. La intención es crear capítulos cortos, ojalá que sí me quede.

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Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️

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