Ella (ArMario)

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Es irónica la situación en la que me encuentro, yo que tanto me burlé de las personas que escribían un diario ahora me encuentro plasmando todos mis sentimientos en esta carta, ahora comprendo que cuando te encuentras en las más profunda soledad es la única forma en la que puedes liberarte un poco de lo que te atormenta y no te deja dormir en paz.

Paz... es algo que deje de sentir hace años, cuando comencé a entender que lo que sentía por él no solo era una simple amistad, era algo más profundo, durante mucho tiempo me negué a aceptarlo, era imposible que un tipo como yo tuviera esos sentimientos y menos por un hombre.

Yo sabía que aunque lo aceptara debería vivirlo en completo silencio, estaba negado a robarle un beso, a tomar su mano o simplemente perderme en la calidez de un abrazo suyo. Él, Armando Mendoza, era el único que podía hacerme sentir vivo solo con su cercanía pero también podría matarme de dolor, dejar mi alma vacía y así lo hizo cuando apareció ella.

Beatriz, una morena muy bella de aspecto dulce, cualquiera se enamoraría de ella incluido él, en cuanto la vio entrar a nuestro salón quedó cautivado, había un brillo especial en sus ojos, uno que nunca había visto y que de sobra sabía jamás me miraría de esa forma. Ahí comenzaron a enterrarse pequeñas espinas que se clavaban en mi corazón haciendo lenta mi agonía.

Cada día era una tortura, era escuchar como hablaba de ella como a cosa mas valiosa del mundo, ver como se desvivía por complacerla, por hacerla reír, por conquistarla, hasta que al fin lo logro y ella acepto ser su novia, un dolor mas intenso se instalo en mi, desde ese momento comencé a evitarlo pues temía que si el me veía seria capaz de ver todo lo que sentía por el.

No pasó mucho tiempo cuando el me enfrento, quería saber por qué de mi lejanía, yo no era capaz de hablar de decir nada, y de maneras erróneas que aún no comprendo Armando llegó a conclusión que me había enamorado de Beatriz, no pude o más bien no quise sacarlo de su error, era mejor que pensara eso, al fin era la excusa perfecta para alejarme de él, para tratar de apagar todo el amor que sentía por él, para ser sinceros en el fondo de mi sabía que no lo lograría.

Yo, Mario Calderón, uno de los mujeriegos más afamados de Bogotá, se encuentra a las afueras de una iglesia, viendo como mi gran e imposible amor, Armando Mendoza une su vida ante Dios con Beatriz Pinzon. He de admitir que la alegría que reflejan es inmensa, y aunque desearía odiarla no puedo porque ella hizo brillar más que cualquier persona en el mundo, incluso más que yo.

Y ahora ellos se toman de la mano, profesando su amor es esos votos de matrimonio, esos que alguna vez soñé decirle. Con el alma muerta me voy antes que alguien me vea, con el único consuelo que estoy seguro él será infinitamente feliz al lado de ella. 





Holaa he vuelto, después de un tiempo de ausencia la inspiración volvió a mi, espero que les guste este capitulo, espero no desaparecer mucho tiempo, traigo muchas ideas que espero les agraden. 

@NicoleGTAojala sea lo que esperabas, <3

Comentarios y criticas constructivas son bien recibidas. Bueno ya saben, tomen agua, coman todas sus comidas y no dejen que nada los desmotive. Los quiero ❤️❤️

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