¿Han oído hablar sobre la realidad? Un lugar donde todo es dolor y hay pésimas opciones.
Un lugar donde Sunoo –favorablemente– no se encontraba en estos momentos.
— Tus notas son... –se limitó a suspirar. Paso una de sus manos por su cabello mientras buscaba opciones, y habían pocas.
Habían pasado ya las más esperadas cinco semanas antes de los exámenes.
Y Sunoo lo había completamente...
— ¿Entonces sí me aprobará el año entero? Logré obtener 56 puntos en cada examen, merezco mi parte del trato. –se cruzó de brazos.
Lo había logrado haciendo sorprender al director quien aún no sabía como lograr cambiar aquellas desastrosas notas –como llamaba– a unas completamente impecables. Era imposible y más para el estado.
— Un trato es un... trato. –afirmó suspirando mientras el pelinegro –porque sí, se volvió a teñir– saltaba emocionado.
— Por eso boss, no debe subestimar a Sunoo. –recalcó para sonreír y salir de la oficina dejando a un anciano con el alma en el cielo.
En estas cinco semanas pasaron cosas muy locas, como dolorosas. Pero muy, muy locas.
Con sólo decir que ahora el tímido y mejor estudiante Lee Heeseung tenía su hermoso cabello negro a uno totalmente atractivo de color azul.
¿Que si lo dejaron? Por favor, hablamos de Heeseung el favorito del director; es clara la respuesta.
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Dos semanas antes Miércoles en la mañana.
Un pelirosa caminaba por los pasillos; sus cabellos alborotados, ojeras notorias, ojos hinchados y rojos por no poder dormir.
Detuvo su paso y alzó la mirada encontrándose a un pelinegro de la misma forma, sólo que este tenía la ropa mal puesta y la nariz roja.
Estaba claro, había ocurrido algo.
— S-Sunbaenim yo-..
Ni siquiera pudo terminar la fresa cuando el mayor ya se encontraba corriendo en dirección contraria. Un rubio apareció en ese momento saliendo de un salón mientras tomaba un poco de agua, gritó del susto al ver al pelirosa en ese estado y la preocupación no tardó en aparecer también.
— Sun-ie, ¿qué pasó?. –se acercó a este y agarró su rostro inspeccionando si tenía algún golpe o rasguño. Un leve suspiro de alivio salió de sus labios cuando vio que no–. Sun-ie, dime que pasó; me estás asustando.
Negó con la cabeza y sólo abrazó al rubio mientras que este lo devolvió sin consultar algo más. Sunoo necesitaba apoyo y él se lo iba a dar sin algo cambio.
Ni siquiera la explicación.
♡'
— Heeseung-ah, ya dime qué pasa-.. ¡Ash! No entiendo porqué lloras, ¿hice algo mal? ¿Te hicieron daño?. –nuevamente agarró sus manos con clara preocupación.
