Persona o animal -que técnicamente somos los humanos- que tiene dificultad para realizar una cosa con cuidado o habilidad e incluso comprender a esta. En otras palabras, Heeseung.
Torpe, era un completo torpe en estos momentos. Sus manos estaban llenas de pintura roja al igual que su rostro y ropa recién lavada. Auch, eso debió doler para quien adora tener la ropa blanca intacta pero ¡bah! Es sólo ropa, se lava.
Por favor explíquenle esto a Heeseung que está a punto de tener un ataque.
- M-Mi ropa... ¡Está llena de color rojo! -alterado comenzó a caminar de un lado a otro mientras se jalaba de su sedoso cabello negro -ahora rojizo-.
- E-Eso ¿es sangre?....
¡Pom! Cayó.
- ¡Maté a un niño! ¡Maté a un niño! ¡Jungwon, acabo de matar a un niño! -sus ojos llorosos delataban lo asustado que se encontraba, supongo que lo más probable es que reciba apoyo.
"Supongo" porque el castaño se dedicó a soltar fuertes carcajadas señalando a este que estaba haciendo la típica acción de RCP a aquel joven que yacía en el suelo.
- H-Hyung... Es pintura roja no es sangre, y no m-mataste a nadie él solito se desmayó, nadie le dijo que lo haga. -logró hablar mientras recompone su respiración.
- Ah. -se dedicó a decir aún con pequeñas -casi notorias- lágrimas en su rostro.
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- ¡Sangr-.. ¡Auch!! ¿Dónde estoy?.
Aquel pelirosa empezó a observar todo a su alrededor mientras aún se acostumbraba a la luz fuerte que proporcionaba los rayos de sol por la ventana. El reloj marcaba quince minutos antes del mediodía.
Cierto, las clases.
Sin importancia al leve golpe que tenía en la frente se levantó de la camina de la enfermería escolar -que reconoció al adaptarse al lugar segundos antes- y caminó directo a su aula. ¿Si dije que tenía un leve golpe en la frente?.
- Cállate, está en perfecto estad-.. Oh mira, ya no está. -señaló la camilla mientras apartaba al mayor que estaba escondido detrás de este.
- ¿Cómo que no está?.. Oh cierto, no está.
- Eso fue lo que dije idiot-..
- ¿Yang y Lee? ¿Ocurre algo malo o se encuentran mal? -habló un voz delgada a sus espaldas haciendo estremecer de miedo y nervios a los dos chicos.
Negaron frenéticamente para salir apurados dejando a una enfermera confusa por su acción. Resto importancia y siguió hasta su escritorio donde encontró una pequeña nota.
