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— Bocchan, es hora de despertar - El mayordomo-demonio susurró en el oído de su amo.

Este al sentirlo tan cerca de él se estremeció, abrió sus ojos lentamente y al verlo tan cerca de su rostro se levanto bruscamente. Un dolor le vino a la cadera un gemido de dolor salió de su boca, él no entendía porque le dolía.

— ¿No lo recuerda? - Preguntó Sebastian al ver a su Bocchan confundido — Me ofende, Joven amo.

Imágenes de lo ocurrido en la noche anterior pasaron por la cabeza de Ciel quién al recordarlo se escondió entre las sábanas sintiéndose completamente avergonzado.

— ¿Que hay en la agenda? — Preguntó Ciel aún debajo de las sábanas.

— Tenemos que encontrar pistas sobre aquél asesino.

«Definitivamente ese asesino no es un simple humano» pensó Sebastian.

— Bien, iremos con Undertaker - Dijo el ojiazul - Sebastian, prepara el baño.

— Yes, my Lord.


"Fall"

— ¡Estoy muy aburrido! - Reclamó un castaño — ¡Vamos a matar a Draven! Hizo trampa en el juego.

— Señor, lo mejor sería matarlo en la noche - Dijo el hombre que lo acompañaba — He oído que el Conde llegó a Londres.

— Esa "inocente" alma- Sonrió — Espero que su demonio no se interponga.

— Tranquilo Señor, recuerde que aquí estaré para usted - El hombre hizo una reverencia ante el joven castaño.

— Claro que si - Se acercó a él — Claro que si - Repitió esta vez juntando su frente con la de su acompañante.

(...)

— Bocchan, mejor esperé afuera - Dijo Sebastian en la obscura tienda del famoso Undertaker.

El conde solo asintió y espero fuera de la tienda, a los segundos después escuchó la escandalosa risa del peligris. Ciel frunció el ceño.

— Ya puede entrar - Dijo Sebastian abriendo la puerta de la tienda y moviéndose a un lado dejando pasar a su amo.

— Conde, ¿No quiere tomar asiento? - Dijo el peligris con su típica risita.

— C-claro - El ojiazul se sentó en un ataúd y el dolor a la cadera volvió, bajó su mirada evitando que vieran su expresión de dolor.

— ¿Qué sabes acerca de "Fall"?

— Un asesino, cruel, mayormente mata a hombres, aun que también mata a mujeres. Suele atacar a las doce de la noche y todas sus víctimas tienen una cosa en común - Undertaker se acercó a el rostro de Ciel - A todos les ha sacado el ojo derecho - Una de las largas uñas del peligris pasó sobre el parche del Conde.

— Eso quiere decir... - Ciel fue interrumpido por su mayordomo.

— Viene por usted, no tiene por que preocuparse Bocchan. Lo protegeré hasta el fin.

— Una cosa más Conde, él no es humano.

Ambos demonios lo miraron sorprendidos.

— ¿No es humano? ¿Qué quieres decir? - Preguntó Ciel.

— Eso, pregúntaselo a tu mayordomo.

Londres 12:00 am.

— Esperemos que todo salga como planeamos - Añadió Ciel.

— Si no, se perderá un alma- Dijo Sebastian.

— Un alma de mala calidad - Los ojos de Ciel se encendieron, al igual que los de Sebastian mostrando la verdadera escencia de ellos.

El sonido de unos tacos los alarmó, pero cuándo vieron que era su "cebo" relajaron.

«Definitivamente será divertido» pensó Ciel.

(...)

Una joven rubia caminaba con nerviosismo por los obscuros callejones de Londres.

Ahora es cuándo ella se arrepentía de haber aceptado el favor, pero necesitaba el dinero para su hijo, también se arrepentía de haber "confiado" en aquellas personas incluso puede que no salga viva de esto.

Ella trataba de tranquilizarse y parecer lo más natural posible, pero la poca luz proveniente de la luna no la tranquilizaba.

Sintió pasos arriba suyo cómo si alguien corriera por los techos de las casas. Giró su cabeza hacia dónde ella creía que provenían los sonidis, pero sólo vio pasar dos sombras. Ahora sintió como corrían detrás de ella, nuevamente se giró logrando ver a sólo un niño lo cuál hizo tranquilizarla un poco. Un niño no puede ser un asesino ¿O si?

— ¡Ahora, Sebastian! - Gritó Ciel mientras qué el demonio mayor lanzaba cinco cuchillos hacía aquél niño el cuál lo esquivó con mucha facilidad.

— Conde - Sonrió el castaño - Al fin nos conocemos.

— Un gusto, Fall - Dijo secamente Ciel.

— Veo que me tienes un regalo - Dijo el castaño mirando a la ojiazul, ella al ver su sonrisa sádica corrió lejos de ellos - Sin embargo es de poca calidad, qué egoísta de su parte Conde.

— Vamos al grano - Dijo el Conde - ¿Porque soy tu objetivo?

El castaño rió.

—Ciel Phantomhive, El Noble del Mal, un niño egoísta y frió - Dijo Fall con cierta emoción - Yo deseo tu alma y a ti también.

Ciel sonrió victorioso.

— Lamentablemente, soy un demonio - Dijo el Conde - Ya no tengo alma.

— ¿Ah si? ¿Porque no se lo preguntas a tu mayordomo?

Ciel miro rápidamente a Sebastian, quién sólo estaba inexpresivo, como todos los días. Él le ocultaba algo.

— ¡Connor! Es hora de irnos - Un adulto con trajes negros ; al igual que Sebastian, apareció detrás del castaño. Lo tomo al estilo princesa de una manera delicada - Nos vemos, Conde.

— ¡Sebastian, no dejes que escapen! - Gritó el demonio menor, no iba a dejar qué sus dudas quedaran sin aclararse.

— Yes, my Lord - Sebastian saco diez cuchillos y los lanzo rápido y agilmente hacia sus enemigos, pero en el momento que estaban por tocarlos  se detuvieron bruscamente y cayeron al suelo dejando a dos demonios impresionados y confundidos.

— Campo de fuerza - Susurró Sebastian mientras veía como sus enemigos se perdían de su vista.

«Realmente ellos no son humanos, esto sera divertido» pensó Sebastian.

N/A: Por fin!! Al fin pude terminar el capítulooo!!  ¡¡Espero que le haya gustado!! Intente hacerlo más largo pero :cc no resulto mucho



❝El mal también puede amar❞|Yaoi|KuroshitsujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora