Toda mi vida he intentado estár lo más cerca posible de la perfección, de ser suficiente y satisfacer a la gente que me rodeaba. Nací en un hogar cristiano, para ser específica, en la familia pastoral. crecí dentro de la congregación escuchando a gente que ni siquiera pertenecían a mi familia sanguínea regañarme, muchas veces por cosas que para mi hasta el día de hoy no tienen sentido alguno, y era tan confuso para mí que todo el tiempo estuviesen con los ojos encima de mi, siempre escuchando a personas decirme que debería ser más de una forma o de otra, comparándome y señalándome cuando cometía algún error, intentaba todo el tiempo agradarles sin ni siquiera saber porqué, era evidente que en cualquier momento desarrollaría cierto desagrado hacia asistir a la iglesia o a eventos relacionados ya que no me sentía cómoda siendo observada todo el tiempo, sentía tanta presión por ser quien la gente esperaba que fuese que se volvió estresante y me convertí en alguien irreconocible incluso para mí misma. Cuando conoces a Jesús ningún lugar basta, nada se compara a Él, nada es suficiente, no hay sensación en el universo que se pueda comparar a su presencia, todo es por Él, y para Él, pero yo aún no lo conocía, porque una cosa es haber escuchado sobre él toda tu vida, y otra muy diferente es conocerlo en verdad y tener una relación con Él. Toda mi vida me habían hablado de un Dios tosco y mano dura, nunca me habría imaginado que El Señor hasta en sus correcciones y a pasear de su rigor me haría sentir amada y no señalada. Una vez leí que la religión es esconderte de Papá cuando le fallas, pero que cuando tienes una relación con Él lo qué haces es correr a sus brazos; cuando por fin pude empezar a conocerlo realmente, me di cuenta de que no necesitaba esconder quien yo era realmente y que Él no buscaba hacerme perfecta a la fuerza, que aceptaba mis debilidades y que no me veía como un pecador, sino como su hija.
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El Diario De Una Chica Cristiana © [✔]
SpiritualEn la primera parte de este diario se encuentran algunos testimonios personales en los que les cuento las maravillas que ha hecho Jesús en mi vida, en la segunda parte hay versos en los que intento describir y exaltar Su grandeza. Esmeralda Encarnac...