Oh, honey.

214 20 9
                                    

Risitas nerviosas se le escapaban al castaño mientras observaba a Yoongi manejar, sintiendo su estómago encogerse cada que su delgada mano tomando la palanca era envuelta por la del mayor al cambiar de velocidad. El pelinegro ni siquiera lo volteaba a ver, pero eso no le molestaba pues admiraba su diligencia al conducir, aunque es verdad que no había dejado escapar ninguna oportunidad para acariciar sus nudillos, y cada semáforo en rojo para robarle un beso.

El auto por fin se había detenido fuera de la enorme casa de Yoongi, lo cual no indicaba mucho realmente. Taehyung aún no sabía qué le esperaba, pero aquel circo en su estómago no parecía detenerse.

—Déjame abrirte la puerta —se adelantó, y en poco segundos el mayor lo recibió con una gran sonrisa.

—¿Qué hacemos en tu casa? —preguntó, tomando su rostro gentilmente en cuanto bajó del auto.

—Entremos primero —Yoongi susurró, erizando su piel.

En cuanto la puerta se abrió, un camino de pequeñas velas y pétalos se extendía desde la entrada hasta las escaleras. Siendo completamente honesto, no era devoto de ninguno, pero las velas olían realmente bien, y los pétalos no eran de rosa roja, por lo que no se sentía como un cliché.

En cuanto sus miradas se cruzaron, Yoongi no tardó cargarlo estilo nupcial para comenzar a subir escaleras arriba, robándole un corto beso. Taehyung ni siquiera podía hablar, limitándose a observar toda la decoración en el suelo, inhalando profundamente el aroma de las velas que se mezclaba con la embriagante loción del pelinegro.

Entendiendo ahora por dónde iba todo, aprovechó la cercanía para comenzar a dejar pequeños besos húmedos por el cuello del mayor, riendo ante la dificultad con la que había empezado a caminar.

—Espera a que lleguemos a la habitación o rodaremos por las escaleras —gruñó. Taehyung no hizo más que reír entre dientes y aunque inconforme, obedeció.

Una vez dentro, todo su cuerpo comenzó hormiguear al notar el detalle en la cama y todo lo que había en la habitación. Un ramo de girasoles yacía sobre las blancas sábanas de seda, las cuales reflejaban el brillo de las pequeñas velas por todo el lugar, así como el camino de aquellos bonitos pétalos blancos que terminaba justo al pie de la cama.

Por otro lado, sobre una larga mesa adornada con los mismos, y velas aún más pequeñas, pudo ver una hielera con otra botella de vino y su respectivo par de copas. La decoración realmente lo había tomado por sorpresa pues hasta los ostentosos tazones llenos de fruta tenían forma de corazón, al igual que la fondue llena de chocolate que yacía justo en el centro.

Depositándolo gentilmente sobre la cama, Yoongi se posicionó frente a él y se arrodilló.

—Sólo para estar seguros, voy a preguntártelo de nuevo —musitó— ¿Quieres ser mi novio, Taehyungie?

El castaño optó por tomar los costados de su rostro y acercarlo hasta él para besarlo lento y profundo.

—Sabes que la respuesta siempre será que sí —habló sobre sus labios, y con una sonrisa ladina se impulsó lentamente hasta llegar al centro de la cama, llevando a Yoongi consigo. Éste no tardó en seguirle el paso, dejando caer la mayor parte de su peso sobre Taehyung para que se recostara.

Cuidadoso aunque con prisa quitó el ramo de girasoles de la cama y llevó toda su atención al castaño, depositando besos húmedos por todas partes. A medida que todo se iba profundizando, la habitación comenzaba a sentirse más caliente y el ambiente se iba construyendo por sí solo. Sus respiraciones agitadas y el sonido pegajoso de sus labios era lo único que podía escucharse, hasta que Taehyung se apartó.

𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.Where stories live. Discover now