𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.

Make it right.

En un rápido movimiento, el rubio unió sus labios con los de Hoseok en un casto beso.

Gran error.

Antes de que él mismo pudiera separarse, el mayor lo empujó con fuerza lejos de él y limpió sus labios con su mano al instante.

—Jimin, ¿qué mierda estás haciendo? —escupió con los ojos abiertos de par en par y el ceño fruncido, lleno de confusión y un matiz de enojo.

El rubio permaneció inmóvil y en silencio, tratando de procesar el hecho de haber sido empujado de esa forma, extrañándose aún más porque el responsable había sido Hoseok.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó de nuevo el mayor sin poder abandonar ese sentimiento de confusión que le dificultaba respirar— ¿Qué te pasa?

Ambos se miraron por unos segundos hasta que los ojos de Jimin terminaron de inundarse y le fue imposible contener sus lágrimas, dejando que estas cayeran cual cascada sobre sus mejillas.

—Lo siento, hyung —fue lo único que se permitió decir, con la voz más que quebrada, y sin poder permanecer ahí por otro segundo corrió fuera de la habitación y se dirigió a la suya, azotando la puerta para cerrarla con seguro una vez estuvo dentro.

Rápidamente saltó a la cama y hundió su rostro en en la almohada, dejando salir un grito lleno de desesperación. La respiración comenzó a faltarle después de algunos minutos y su cabeza punzaba fuertemente.

Su pecho dolía y sus ojos se sentían hinchados, pero nada dolía tanto como su corazón, y aunque parecía saber el porqué, realmente no estaba seguro. No sabía qué de todo había dolido más, y tampoco quería saber.

Una mezcla de arrepentimiento, desilusión y enojo invadían sus sentidos, dificultándole pensar con claridad. Todo lo que podía ver al cerrar los ojos era la bonita expresión que tenía Hoseok, antes verse a sí mismo siendo empujado con fuerza.

No tenía la energía para seguir pensando ni llorando, así que optó por abrir la ventana y dejar que sus pulmones respiraran aire fresco, para después volver a la cama con la esperanza de poder dormir.

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Enojo, desconcierto y culpa era lo único que Hoseok podía permitirse sentir. Llevaba acostado boca arriba más tiempo del que le gustaría, siéndole imposible dejar de analizar lo que había pasado hace unos momentos.

Una parte de sí quería buscar a Jimin e ir tras él, pues por encima de todos los sentimientos, estaba la culpa de saber que el rubio probablemente se sentía mil veces peor que él, y eso le destrozaba el corazón. Pero por otro lado, el enojo y la confusión peleaban por estar en primer lugar.

¿Por qué mierda había hecho eso?

No encontraba ninguna respuesta y eso lo frustraba.
No parecía entender el por qué de pronto el rubio
había decidido besarlo, por qué pensó que sería buena idea o si Jimin había imaginado que reaccionaría de una manera diferente, hasta que aquel pensamiento hizo que la pregunta se formulara de diferente manera en su cabeza.

Ya no le interesaba lo que el rubio pensara, ahora le carcomía el saber si existía la posibilidad de haber reaccionado diferente. Tenía claro que el haberlo apartado de esa forma había estado mal y era ahí donde entraba la culpa de nuevo, pero ahora eran mil preguntas inundándole la cabeza.

¿Y si no se hubiera apartado? ¿Hubiera sido correcto? ¿Qué era lo correcto? ¿Podía arreglarlo? ¿Dónde está Jimin?

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