—Dime por donde —Le confirmó y ella asiente, me empieza a decir por dónde ir.

En el transcurso del camino escuchamos la radio.

—Bien veamos —Digo y parece llamar su atención—. Se tres cosas sobre ti, vas a la biblioteca los domingos, me odias y te gusta dibujar o algo por el estilo. ¿Qué mas no se sobre ti?

Ella me voltea a ver.

—¿Para qué quieres saber?, nunca te ha interesado lo que hago —Punto para ella—, yo creo que eso es todo lo que necesitas saber de mí, y se me hace mucho, a decir verdad.

—Pueda que no —Me encojo de hombros mientras le sonrió—, pero quiero conocerte.

Suspira. Después se muerde su labio, eso lo hace un tanto de reflejo cuando no quiere hablar y por lo que he notado ella no se da cuenta de su auto comportamiento de esto.

—¿Por qué? —Esa pregunta me sorprende un poco. Esperaba un comportamiento más negativo la verdad—. ¿Qué tiene de especial ahora?

—No sé, tal vez me empiezas a interesar —Ella se empieza a reír.

—No pareces de las personas que se interesan por otras, más bien eres de las personas que prefieren que los demás se interesen por ti —Arrugo un poco la nariz ya que es cierto, y no me suele importar eso—. Quieres jugar conmigo, Valerio —Medio sonríe—. No funcionará.

Vuelve a reír un poco. Trato de ignorarla.

—Entonces... ¿Que más te gusta hacer?, o ¿Que sueles hacer?, en serio te quiero conocer —Empieza a negar un poco con su cabeza—. Dime, por favor.

—Pues creo que ya lo sabes todo, no soy una chica súper social ni nada, no hago mucho y lo que hago ya lo sabes —Y ahora si habla de una forma brusca.

—No —No se lo creo—, hay muchas cosas más, solo que no me quieres decir, vamos.

—No —Determinada es la chica.

—Si —Me gusta llevar la contraria a veces.

—¡Que no Valerio!

—¡Que si Leire! —Me divierte esta situación.

—Ya para, no me gusta hablar de mí.

—Ahí está... Solo no te gusta hablar de ti —Era eso—, pero quiero escuchar hablar de ti.

Ella parece enojada y realmente frustrada por esta situación.

—Vamos ya, suelta qué hay más de ti —En serio quiero saber, esto podría ayudarme en un futuro.

—No —Rayos ella no lo hace nada fácil.

—Vamos, no hagas esto complicado, cariño.

—Deja de llamarme así —Si, definitivamente no le gusta que la llame cariño, pero lo seguiré haciendo.

—No te dejaré de llamar así —Le confirmó—, ya cuéntame sobre ti.

—No.

¡Oh vamos!, ¿Por qué demonios tiene que hacer todo esto tan difícil? ¿Qué le cuesta contarme tan si quiera un poco más de ella?

—Por favor... —Un par de intentos y ya.

—Valerio. No.

—¡Yaaaaaa! Pareces una niña aferrada y haciendo tanto drama por algo insignificante —Y en cierto modo lo es—, yo quería saber algo de ti, y tú siempre contraatacas, pero bien, si no quieres hablar sobre ti, ¿Pero sabes qué?, no me importa.

La apuesta perfecta [1]Where stories live. Discover now