𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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Saori planeó todo a la perfección, Hanma por su parte tan solo escuchaba las cosas que le decía la rubia, pero algo que le pareció bastante curioso es que la rubia lo dejó totalmente ajeno a aquello. Había decidido hacer todo sola, cosa que era extraño en Saori, ya que siempre le gustaba hacer las cosas acompañada de su fiel compañero Hanma. Sin embargo, el pelinegro no se opuso a aquello y tan sólo veía como la rubia iba ejecutando todo hasta llegar a su objetivo.

Hasta que llegó el gran día en que la rubia cometió aquello. Como siempre fue todo un éxito, aunque Hanma siempre sospecho de que había alguien más trabajando con la rubia, le pareció bastante curioso todo aquello. Pero tan solo observaba a Saori, aquella le había salvado la vida y jamás dudaría de su palabra o la delataría.

Hanma sabía que Saori debía de desaparecer del país al hacer aquello, pero siempre vio tranquilidad en ella al hacer todo, logrando confirmar sus sospechas de que la joven no estaba sola en eso y lo confirmó en el momento en que la escuchó hablar por teléfono con una persona. Conversaban acerca de lo hecho y que debían de escapar lo antes posible.

Antes de que Saori se fuera de la vida del pelinegro, le pasó tres sobres los cuales explicó que era uno para él, otro para Hanako y el último para Luna. Saori se despidió de un abrazo de su fiel subordinado y con lágrimas en sus ojos besó la mejilla de este tiernamente, ambos se habían tomado cariño y les pareció una despedida muy triste.

Sin decir más la rubia tomó sus cosas junto con su hermana y salió del lugar dejando al pelinegro ahí parado viendo como ambas mujeres se iban de ahí. Horas más tarde, Luna se dio cuenta de lo que su hermana había hecho sintiéndose realmente traicionada por esta, en ese instante llegó Hanma con el sobre y se lo pasó sin decir nada.

Después de leer aquella carta, Luna miró al pelinegro quién se encontraba sentado en el sofá en silencio junto a el sobre qué era para él.

—¿Hace cuanto te pasó esta mierda? —Preguntó la castaña mientras apuntaba el sobre.

—Hace como dos horas. —Contestó el pelinegro de forma neutra. —No tenía idea de qué haría esto. —Mintió.

—No te creo... Siempre andabas detrás de Saori, es imposible que no te contará sus putos planes.

—No me contó nada... —Hanma suspiró. —Pero ayer la escuché hablar por teléfono con alguien... Al parecer no hizo todo esto sola.

—¿Y por qué no me contaste, maldito imbécil?

—Por qué jamás pensé que Saori haría esto...

Luna tan solo se sentó en aquella silla la cuál estaba a su lado y suspiró dejando la carta sobre la mesa. No pudo evitar llorar, su hermana se había robado todo el dinero y los había dejado prácticamente en las ruinas. Tapó su boca mientras intentaba callar aquellos sollozos que salían sin que esta pudiera controlarlos y cuando sintió unas palmadas en su espalda se asustó. Levantó su mirada del suelo encontrándose con la mirada del pelinegro.