𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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N/A:

Hola usbwjw antes de que comiencen a leer les quería contar que ayer estuve todo el día buscando información sobre la vida de Koko y no encontré nada): así que tuve que penetrar en la ficción e inventarme una familia para randall de moster inc... Digo Koko USBEYEHWYWH eso nada que más decir, disfruten de la lectura uwu

A sus doce años, Saori comenzó a planificar como sería su primer novio. Había creado una pequeña lista con las cosas esenciales que debía de tener si o si aquel joven, entre esas era que casi por obligación debía de tener mucho dinero y una gran casa en donde a futuro viviría con ella y donde formarían su familia.

A los catorce años cayó en la cuenta de que no había ningún joven con las características de aquella lista, por lo que bastante desilusionada de todo la quemó y lloró, por que le había dado pena quemar aquella carta. Los jóvenes mayormente siempre la miraban o se le acercaban con intensiones amorosas, pero Saori jamás les había tomado en cuenta, ya que aún tenía la esperanza de que aquel joven que había descrito en esa lista, llegaría a su vida.

Algo que jamás pasó.

Sus estándares eran muy altos y siempre era apática con los jóvenes por lo que casi todos terminaban alejándose de ella por su forma antisocial de ser con ellos, pero todo cambió cuando vio a Hajime en aquel café observándola y no pudo evitar sentir ternura en el momento en que ella lo descubrió observándola y él giro su rostro hacia otro lado. Aquel joven despertó algo en Saori y esta no supo que era exactamente, sabía que Hajime era todo lo contrario al joven que ella había descrito en aquella lista, pero ya no le importaba esa maldita lista creada por una Saori infantil e inmadura que no sabía nada del amor y de la vida.

Y cuando los ojos de Saori vieron la casa humilde de Hajime, esta sonrió; le pareció bastante tierna y bonita, no era nada parecida a la casa que imaginaba que tendría su novio a los doce años, pero se veía bastante acogedora y cómoda. Hajime entró a la casa junto con Saori y está no pudo evitar observar a su alrededor maravillada, esa casa era perfecta, pequeña, pero perfecta.

—Llegué… —Avisó el joven apenas puso un pie dentro de la casa y dejó las llaves colgadas.

Saori entró junto a él y observó la pequeña sala que había, sonrió al ver aquel juego de sofás rojos, le pareció muy tierno y lindo.

—¿Eres tu Hajime? —Saori escucho una voz a lo lejos y miró al pelinegro.

A simple vista se le veía lo nervioso que estaba y Saori solo pudo apretar un poco su mano para tranquilizarlo. El pelinegro sonrió agradecido y sin más comenzó a caminar hacia una de las habitaciones de la casa, abrió la puerta de esta y entró. Saori sonrió al ver a una señora ya de bastante edad acostada en una cama y conectada a bastante cables que daban con una pantalla en donde mostraban los signos vitales de esta. Aquella mujer al verla abrió sus ojos sorprendida.