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La pelirroja estaba sentada aferrada a un par de fotos que se habían sacado horas antes en la cabina de fotos, en donde Sayumi salía en todas estas riendo y en donde Aiko en cada una de ellas tenía los ojos puestos en la pelirroja

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La pelirroja estaba sentada aferrada a un par de fotos que se habían sacado horas antes en la cabina de fotos, en donde Sayumi salía en todas estas riendo y en donde Aiko en cada una de ellas tenía los ojos puestos en la pelirroja. Una tarde maravillosa en donde fueron al cine y vieron una película de amor, por suerte Aiko no se quedó dormida y le presto mucha atención a esta.

Almorzaron hamburguesas de McDonald, a pesar de que Sayumi reclamaba lo mal que les haría aquella hamburguesa para la salud contándole cuanta grasa tendrían gracias a esa hamburguesa, cosa que Aiko escuchó atentamente mientras comía la suya. Luego tomaron un helado, Sayumi eligió de fresa y Aiko de Vainilla, Aiko era alérgica al chocolate por lo que descartó ese sabor inmediatamente. Ambas probaron los helados de la otra y Sayumi no pudo evitar manchar la nariz de la pelinegra con su helado, esta río pero después manchó también a la pelirroja con su helado.

Una bella tarde que terminaría en un trágico accidente. Ambas iban caminando por las calles rumbo a la estación de trenes, sus manos rosaban de vez en cuando mientras Sayumi le contaba a Aiko sobre la astrología.

—Entonces el ascendente es como nos mostramos al mundo, prácticamente tu personalidad y la energía que les transmites a los demás y el lunar es como te expresas ¿Entiendes?

—Algo... ¿Y como se sabe cuál es tu carta natal?

—Pues debes de meterte a Internet e ingresar a una página poniendo tu fecha de nacimiento.

—¡Pero si yo ni siquiera tengo computador ni menos Internet! —Río la pelinegra.

—Puedes ir a mi casa y yo te saco la carta natal. —Sonrió Sayumi.

Ambas frenaron al querer atravesar la calle y ver el semáforo que estaba en rojo. Aiko se coloco frente a Sayumi mientras está sonreía, la pelinegra miró a ambos lados notando que no habían muchos transeúntes pasando por ahí. Sayumi notó sus intenciones y no pudo evitar sentirse algo nerviosa, pero de igual forma sonrió dándole el permiso a la pelinegra para besarla.

Está se agachó un poco y tomando con ambas manos el rostro de la pelirroja la acercó a su rostro. Sintió el aliento de la pelirroja sobre sus labios, olía a helado de fresa haciendo que esta sonriera. Sin esperar más junto sus labios con los de Sayumi, esta le siguió el besó que era algo lento.

Sayumi notó lo suaves que eran los labios de Aiko, se sentía como en las nubes besandola por fin. No pudo evitar sonreír en medio del besó. Un besó largo y lento que ambas disfrutaron mientras sentían como sus corazones latian rápidamente.

Se separaron para poder respirar, ambas se miraron a los ojos y sonrieron algo avergonzadas.

—Mierda, ya entiendo por qué Saori le come la boca a su novio todo el tiempo. —Comentó Aiko mientras volvía a tomar el rostro de la pelirroja besándola nuevamente.

Sayumi cerró sus ojos dejándose llevar por el besó, pero este fue más corto ya que el semáforo se había puesto en verde. Se separaron y comenzaron a caminar para atravesar la calle, Sayumi iba unos pasos antes de Aiko, en su mundo. Se sentía muy feliz por aquello, iba tan ida en sus pensamientos que no se dio cuenta del auto que venía a una velocidad rápida y que no tenía intensiones de frenar por el semáforo en verde.

𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪    Where stories live. Discover now